viernes, 1 de octubre de 2010

SABOR A CRISTO.

Mateo 5:13 "Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres."


En tiempos antiguos, la sal era tan valiosa que se usaba como dinero. De hecho, la palabra salario se deriva de la palabra sal. Salarium viene del latín “dinero en sal” y se refería a la paga de los soldados romanos. Hoy día, en algunas partes del mundo la sal es muy valiosa. Se valora por sus propiedades de condimentar y preservar, y lo esencial que es al cuerpo humano.

En tiempos bíblicos, la sal también tenía significado religioso. No solo se usaba para sazonar la comida, Job 6.6 dice: ¿Se comerá lo desabrido sin sal?, sino que tenía una conexión íntima con los pactos y compromisos personales con Dios. Habitualmente se la llamaba la “sal del pacto”, se usaba en todas las ofrendas; Levítico 2:13 dice: Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal.

Y era un símbolo de “preservar” los pactos hechos con Dios; Números 18:19 dice: Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren a Jehová, las he dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo; pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu descendencia contigo.

Y 2 Crónicas 13:5 dice: ¿No sabéis vosotros que Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal?.

Jesús llamo a sus discípulos a ser la sal de la tierra. Los profetas del antiguo pacto eran la sal de la tierra de Canaán; pero los cristianos son llamados a ser sal de toda la tierra, porque Jesús dijo id por todo el mundo y predicar el evangelio. ¿Cómo es que unos pocos pueden afectar el mundo entero? ¡Trabajando silenciosamente como la sal con el evangelio de Cristo! Como un puñado de sal se dispersa a través de toda la comida, la enseñanza del evangelio se dispersa ampliamente, penetrando y llegando hasta los corazones de los hombres, como da testimonio Hechos 2:37-38 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

La sal del evangelio nos limpia el alma y nos preserva de la descomposición espiritual. Es un pacto eterno entre Dios y todos los verdaderos creyentes.

Tal como la sal era requerida en todos los sacrificios de ofrenda, los cristianos necesitan ser “salados,” para ser la sal de la tierra. El mundo se corroe con la ignorancia y el pecado. Por esta razón, Cristo nos envía a sazonar el mundo a través de nuestra vida y enseñanza, con la sabiduría y gracia del evangelio, ¡para hacer aceptables a Dios a todos los creyentes fieles! ¡Se la sal de la tierra!

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