jueves, 18 de septiembre de 2008

FELIZ PRIMAVERA PARA TODOS



Ya ha pasado el invierno, la lluvia ha cesado y se fue; han brotado las flores en la tierra, ha venido el tiempo de la canción y se oye el arrullo de la tórtola en nuestro país.
Cantares 2.10

Diezmos, ofrendas, votos, primicias y siembra


Primicias:
Las primicias, también son una clase de ofrenda. Lo que la diferencia de las demás ofrendas es el hecho de que las primicias se caracterizan por ser lo primero, lo más importante y lo mejor para Dios.
Proverbios 3:9, 10"Honra al SEÑOR con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas, así estarán repletos tus graneros y rebosarán los depósitos de vino”.
Sin duda te formularás una pregunta: ¿De dónde provienen las primicias? ¿Es bíblica esa tradición que persiste hasta nuestros días? La respuesta la encontramos en el libro del Deuteronomio. En aquél momento, Dios se está dirigiendo a su pueblo y le imparte instrucciones sobre lo que deberán hacer cuando lleguen a la tierra prometida.
Deuteronomio 26:1-3"Cuando entres a la tierra que el SEÑOR tu Dios te da como tuya, tomes posesión y te establezcas en ella, entonces deberás tomar una parte de todas las primeras cosechas que saquees de la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, la pondrás en una canasta y viajarás hasta el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá para establecer su nombre. (La Biblia, la Palabra de Dios para todos).
En este texto observamos algunas cosas importantes; en primer lugar vemos que las primicias constituían una demostración de gratitud hacia el Creador por su provisión. Porque dice: “cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da”. En segundo lugar vemos que las primicias, igual que los diezmos y las ofrendas, debían ser entregadas en el templo; viajarás hasta el lugar que el SEÑOR tu Dios elegirá para establecer su nombre. Éxodo 23.19 dice: 19 Las primicias de los primeros frutos de tu tierra traerás a la casa de Jehová, tu Dios.
En los tiempos del Antiguo Testamento, las primicias se daban como gratitud a Dios por su provisión, bien fuera de un hijo primogénito, de los animales o de los frutos de la tierra. Así lo prescribió el Señor cuando dijo en Éxodo 22:29-30: "En tiempo de cosecha me darás tu primer fruto y tu primer vino. No esperes hasta más adelante en el año. Me darás tu primer hijo. Me entregarás también la primera cría de tus vacas y de tus ovejas. Los primeros siete días se quedará con su mamá, pero al octavo día de nacida me la entregarás" ( La Biblia, la Palabra de Dios para todos).
Lo que ofrecían delante del Señor, debía ser sin defecto ni mal, es decir, que fuera lo mejor, lo más escogido
Dios aún hoy considera las primeras cosas como santas y dedicadas a Él, pero hoy, las primicias tienen que ver con la práctica de “ofrendar Lo Principal, lo principal,”. Dios dice que las primeras cosas pertenecen a Él. En el modelo de Dios, cualquier ofrenda que es primera establece la bendición del resto. Lo primero es la raíz, de la cual el resto es determinado. Esto quiere decir que si apartas lo primero para Dios lo demás es bendecido, al igual que la practica del diezmo.
¿Pero qué serían las primicias para nosotros hoy? Por ejemplo, si tienes un negocio, la primera venta del día es para el Señor. Si trabajas en relación de dependencia, a fin de mes cuando cobras el sueldo, separas antes de gastar en cualquier otra cosa, el mejor billete, del valor que sea, pero el mejor, el mas nuevito, y lo separas para el Señor. Hay personas que cuando recibieron su primer sueldo se lo entregaron al Señor. Y esto se aplica a todas las cosas que recibes de parte del Señor.
La clave es vivir de acuerdo a los patrones y principios de Dios. ¡Uno no puede rogar por la provisión y prosperidad y violar los principios establecidos por Dios!. Si quieres ver la provisión y prosperidad de parte de Dios, a veces ni siquiera hay que orar, solamente hay que poner en practica estos principios establecidos por Dios y, de una manera natural, comienzas a prosperar. Pero así como hay resultados por estar fuera del alineamiento de Dios, hay recompensas por guardar Sus patrones divinos.

Votos:
Los votos son una promesa a Dios de carácter obligatorio. Hacer un voto a Dios no es lo mismo que firmar un compromiso con un hombre o con una institución; es tener un compromiso con la Persona mas importante y poderosa del universo, por eso debemos tomar muy en serio los votos que hacemos a Dios. Por eso en la ley estaba bien expresado lo que significaba hacer un voto a Dios.
Números 30:2 Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.
El alma del que hace el voto queda ligada, atada, a la obligación de cumplirlo. Cuando uno hace un voto tiene que tener en cuenta lo que dice Eclesiastés.
Eclesiastés 5:4-5 Cuando a Dios hagas promesa, no tardes en cumplirla, porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es no prometer que prometer y no cumplir.
No permitas que tu boca haga votos que no puedas cumplir y te haga así pecar. Antiguamente cuando uno hacia un voto a Dios, lo que prometía quedaba registrado en el Templo, luego al tiempo de cumplir con la promesa el mensajero del templo pasaba a recolectar lo que la persona había prometido, en ese momento la Biblia dice: no trates de excusarte de la deuda alegando que hiciste el voto por error.
Deuteronomio 23.21 Cuando hagas voto a Jehová, tu Dios, no tardes en pagarlo, porque ciertamente te lo demandará Jehová, tu Dios, y cargarías con un pecado. 22Si te abstienes de prometer, no habrá en ti pecado. 23Pero lo que haya salido de tus labios, lo guardarás y lo cumplirás, conforme lo prometiste a Jehová, tu Dios, pagando la ofrenda voluntaria que prometiste con tu boca.
Esto es lo mismo que enseña Jesús en Mateo 5.33 33También han oído ustedes que se dijo a los antepasados: 'No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido al Señor bajo juramento. 34Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; 35ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza, porque no pueden hacer blanco o negro ni un solo cabello. 37Baste con decir claramente 'si' o 'no'. Pues lo que se aparta de esto, es malo.
En este pasaje, Jesús enfatiza la importancia de decir la verdad, que tu sí sea si, significa que lo que decís con tu boca después se vea en tus actos. En esa época la gente rompía sus promesas y empleaba un lenguaje sagrado ligero y descuidado. Mantener los votos y las promesas es importante, porque uno no lo hace para ser visto, sino es algo personal con Dios.
Salmos 50.14 14Sacrifica a Dios alabanza y paga tus votos al Altísimo.
Si bien los votos, son promesas que le hacemos a Dios y que debemos cumplir, estos votos o promesas se sellaban con algo que le damos a Dios, una ofrenda, en nuestro tiempo de dinero, en otras épocas eran animales, casas, terrenos, personas, etc.
Cuando los israelitas dirigían una súplica al Señor, la acompañaban a veces con el voto o promesa de consagrarle alguna de sus pertenencias. Las ofrendas estaban destinadas al sostenimiento del santuario y del culto.
En forma practica, hoy día, sería prometerle a Dios ofrendarle una suma de dinero, puede ser también algo para mejorar el edificio, el sonido; también puede ser ayudar a los necesitados, proveer recursos para trabajar con los niños, etc. Por ejemplo: un hermano que dice: “Durante este año, voy a proveer leche para los niños durante todos los sábados que en la iglesia se trabaje con niños.
Otro ejemplo podría ser: Cuando alguien dice; si Dios me da trabajo y me prospera, voy a hacer una compra de comestibles, para una familia necesitada. O también puede ser, alguien que esta pagando una deuda interminable, y dice: “Si Dios me ayuda a terminar de pagar, cuando termine la deuda, voy a pagar una cuota más al Señor.
Este voto o promesa a Dios, muchos la conocen como PROMESA DE FE. Y se trata de una ofrenda consistente en un acuerdo que el creyente hace con Dios, por ejemplo para el sostenimiento, mejoramiento o construcción de un templo. Donde aquellos miembros que puedan y quieran comprometerse, hacen una PROMESA DE FE, esta promesa de fe es un aporte voluntario y puede ser mensual, de una vez o hasta que se termine el proyecto.
Estos votos, debían ser pagados sí o sí. Por eso David dice: Salmos 116:14 Ahora pagaré mis votos a Jehová delante de todo su pueblo.
Y también en el Salmo 22.25 25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; mis votos pagaré delante de los que lo temen.
Los votos o promesas debían ser entregados en el templo, que es el lugar que Dios estableció para llevar los diezmos, las ofrendas y también los votos.
Deuteronomio 12.11 11Y al lugar que Jehová, vuestro Dios, escoja para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas reservadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hayáis prometido a Jehová.
CONTINUARA...

La iglesia como edificio de Dios.

La estrategia de compromiso con el servicio de IBLHOS “Pueblo Nuevo”

En esta etapa del proceso de crecimiento llegamos a uno de los desafíos más grandes que tenemos como iglesia, cómo convertir a cada miembro maduro en un siervo de Dios.
Si podemos hacer que un gran porcentaje de nuestra congregación pase por cada una de las etapas de crecimiento encontraríamos a nuestra iglesia explotando de salud y crecimiento.
¿Cómo podemos convertir a los miembros en siervos? En este piso les enseñamos a los hermanos, que han pasado por los pisos anteriores, las verdades bíblicas del servicio y les ayudamos a descubrir cuales son sus dones para comenzar a servir de a cuerdo a las capacidades que Dios les dio.
Como ayudar a la gente a servir con los dones que el Señor les dio (Descubriendo mi Ministerio)
La Biblia nos dice en Romanos, Capítulo 12, que cada Cristiano debe ser un siervo. Cada cristiano debe tener un lugar de servicio. Eso no quiere decir que cada cristiano debe ser pastor, pero sí quiere decir que Dios a causado el que cada uno de nosotros tenga un lugar de servicio en el cuerpo de Cristo.
Ser un cristiano significa ser un siervo. Jesús dijo, “Yo vine para servir y dar mi vida como sacrificio por muchos”. Si vamos a ser como Jesucristo, tenemos que aprender a dar y servir como Jesús lo hizo.
En el ejército de Dios, no hay voluntarios. No es opcional estar al servicio de Cristo. La Biblia también nos enseña que cada ministerio es importante. A veces pensamos que la gente que enseña en la Iglesia es la más importante. Pero eso no es verdad. El hecho es que, el cuerpo de Cristo, necesita cada parte. La mano no puede decirle al pié. No te necesito”. La oreja no puede decirle al ojo, “yo no te necesito”.
Dependemos los unos de los otros, y nos necesitamos para cumplir con la tarea que Dios ha dado a la Iglesia.
Hay cinco factores que Dios usa al formarnos para un ministerio efectivo
Ahora, ¿cómo sé cuál es mi ministerio? Bueno, tenemos que enseñar a la gente que Dios les ha moldeado de una manera muy única para el ministerio. Hay cinco factores que Dios usa para moldearnos, para hacernos o crearnos para llevar a cabo un ministerio efectivo. Déjenme explicarles estos cinco factores.
1. Dones espirituales (1 Cor. 12; Rom. 8; Efe. 4)
La primera cosa que Dios usa para moldearte, son los dones espirituales que te ha dado. En el momento que te conviertes en cristiano, se te dan dones espirituales. Por lo tanto, nosotros queremos ayudar a la gente a descubrir sus dones espirituales, porque si tú tienes el don de enseñar, entonces debes ser maestro dentro del cuerpo de Cristo. Si tú tienes el don de liderazgo, deberías ser líder dentro del cuerpo de Cristo.
2. Corazón (pasión) (Mat. 12:34; Prov. 4:23; S. 37:4)
Pero los dones no son todo lo que se te da. La Biblia también dice que Dios te da un palpitar único en tú corazón. Es una pasión, algo que te encanta hacer. Dios da palpitares emocionales. Y es por eso que a ti, te gustan cosas que a otros no les gustan y a otra gente, le gustan cosas que a ti no. Dios nos da a todos diferentes intereses y gustos para que todo lo que se tiene que hacer en el mundo, se haga.
3. Habilidades naturales (Ex. 31:3; 1 Cor. 12:5)
La tercer cosa que se busca para descubrir tú ministerio, son tus habilidades. Dios nos a dado a cada uno habilidades naturales. Algunas personas son buenas con los animales. Algunas con cosas mecánicas, como reparación de maquinas ó autos. Algunas personas son muy buenas para manejar palabras, ellos pueden pensar, hablar ó escribir muy bien. Algunos son buenos para trabajar con gente.
Algunos son buenos para trabajar con teorías abstractas y algunas personas son mejores trabajando día a día con ideas concretas. ¿Por qué sucede esto? Porque Dios nos ha hecho diferentes por una razón.
4. Personalidad (1 Cor. 2:11)
Una cuarta cosa que determina tú ministerio en la vida, es tú personalidad. Y Dios, una vez más, da diferentes personalidades. Algunas personas tienen personalidades muy extrovertidas y estos se emocionan, son exuberantes y aman hablar con gente y estar con grandes grupos de gente, y les encanta ser el centro de atención. Otra gente tiene una personalidad tímida é introvertida. Ellos prefieren hablar con una persona y no con un grupo. A algunas personas les gusta hacer lo mismo vez tras vez. Les gusta la rutina. Hacer lo mismo y de la misma manera todos los días. A otros les gusta variedad, y les gusta hacer algo diferente todos los días. Esto no significa que este bien o este mal. Es solo la forma que Dios te hizo y tú personalidad es en gran parte lo que te hace a ti ser tú. Y es una de las cosas que necesitas buscar cuando estas descubriendo lo que Dios quiere que hagas en la Iglesia.
¿Cuál debe ser mi lugar en el cuerpo de Cristo? Hay que buscar los dones espirituales, los deseos, las cosas que te encanta hacer, las habilidades naturales y tener en cuenta tu personalidad.
5. Experiencias (Rom. 8:28; 2 Cor. 1)
Y la última cosa que se busca, son las experiencias que se han tenido. Dios nunca desaprovecha una experiencia. Hay cuatro tipos de experiencias que te ayudarán a determinar cual debe ser tú ministerio en la Iglesia.
Cuatro tipos de experiencias que te preparan para el ministerio
1. Educacionales
2. Vocacionales
3. Espirituales
4. El dolor
Efesios 4:11-12 "Dios ha dado pastores y maestros para preparar a las personas de Dios para los trabajos de ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo.” En las Clases de Integración dijimos que la Biblia enseña que los pastores son los administradores y los miembros son los ministros. Esta es la estrategia total de IBLHOS “Pueblo Nuevo” en relación a nuestra estructura. La Biblia dice que el trabajo como pastor y maestro es preparar a las personas de Dios para el ministerio.
Retiro de ministración (Firmes en la libertad)
“Firmes en la libertad” es un retiro orientado a fortalecer el liderazgo (núcleo) y que a través de la ministración puedan reconocer aquellas cosas que todavía necesitan superar para poder ser totalmente libres de todo aquello que pueda ser un estorbo para el desarrollo de sus ministerios.
A) Sentir la libertad en Cristo.
Una mente en desorden. Una lista sus deseos. Cristo le da libertad. La mente ordenada de Cristo. Una gran pasión.
B) Verdaderamente libre.
El propósito de Dios: su libertad. Costumbres, lealtades, relaciones y prejuicios. Ambiciones, deberes, deudas y bienes. Temores y debilidades. Ofensas y rencores.
C) Virtudes de la sabiduría divina.
Limpie su mente con la Palabra de Dios. Pura. Pacifica. Amable, benigna y misericordiosa. Fructífera, firme y sincera.
D) Jesús y las emociones.
La identificación de Jesús con la naturaleza humana. Emociones “negativas” de Jesús. Emociones positivas de Jesús. Dominio de los impulsos emocionales. Jesús y la sabiduría.

GRUPOS DE BENDICIÓN Y CRECIMIENTO - CONSEJOS para evitar riesgos


Una iglesia organizada por grupos tiene mayores ventajas que una tradicional. Sin embargo, no todo son rosas, ya que existen muchos riesgos que pueden llevar al fracaso y a la decepción tanto al pastor como a la iglesia. Para evitarlos, necesitamos constantemente supervisar nuestro trabajo y tener en cuenta estos peligros:

El riesgo de abandonar el programa básico.

A medida que pasa el tiempo y el programa nos resulte cada vez más familiar y rutinario, podemos vernos tentados a escuchar otras propuestas y novedades organizativas. Por ejemplo: Los informes, libros o artículos sobre iglesias con un ministerio espectacular pueden hacernos creer que necesitamos algo más impactante y diferente. Si nos desviamos, estaremos escribiendo el principio del fin.

Debemos mantener el programa básico, habiendo probado que:

1. Abandonar el programa por otras ideas.

Las buenas ideas no siempre ayudan.

Con demasiada frecuencia queremos adjuntar programas para ayudar a los grupos a tener éxito. Estos añadidos no son necesarios y lo único que hacen es sobrecargar de actividades al grupo y asfixiarlo. No se cuestionan aquí las ideas que otros han implementado con éxito, se cuestiona la irresponsabilidad de incorporar un sistema dentro de otro sistema sin un tiempo de preparación y un acuerdo consensuado.

2. Abandonar el programa para desarrollar otras actividades.

La tendencia es volver atrás y utilizar los grupos para desarrollar otras actividades, es uno de los peligros más frecuentes. Debemos tener presente que esto es devastador porque quitará el interés, el enfoque y la pasión que necesitan los grupos para crecer y lo pondrá en otro lugar. Es como cuando uno está cultivando una planta que necesita nutrientes y agua. Y mientras nos ocupamos de su mantenimiento, la planta crece, pero si la dejamos y nos dedicamos a otra cosa, nuestra planta se morirá. Eso es exactamente lo que pasa con los que se enfrascan con otras actividades.

3. Abandonar o cambiar el estudio bíblico inductivo.

Aquí debemos anticipar dos peligros. Primero, el peligro de dejar de estudiar la Biblia para compartir las ideas propias u otro tipo de literatura cristiana. Es lo mismo que hizo el pueblo de Israel antes de ser destruido, según lo advierte por medio del profeta Jeremías diciendo “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mi, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no contienen agua.” (Jeremías 2:13)

Por lo tanto, nunca, nunca se debería permitir un cambio tan nefasto y destructivo. Porque nada puede compararse a la santa y pura Palabra de Dios. Nada puede reemplazarla. El segundo peligro es que el facilitador asuma el rol de maestro o profesor diciéndoles a todos sus puntos de vista y sus criterios. Si lo hace, dejaría de guiar un estudio bíblico inductivo y se convertiría en una cátedra, y dañaría a la iglesia de dos maneras:
Primero, no permitiría que cada uno piense y saque sus propias conclusiones por sí mismo. El propósito del estudio es enseñar a pensar, a meditar y a interpretar las Escrituras.

Segundo, dañaría a la iglesia porque el grupo asumiría que para ser facilitador uno debe ser un maestro de la Biblia con un vasto conocimiento, y como eso lleva mucho tiempo, muy pronto nos quedaríamos sin facilitadores para hacerse cargo de los nuevos grupos.