lunes, 11 de julio de 2011

Edificaré mi iglesia


18Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. Mateo 16.18-19



Todo en su lugar, cada ladrillo puesto cuidadosamente en la pared, cada abertura, el techo, etc. todo puesto allí por los obreros, que respetan el plano original del maestro mayor de obras. De la misma manera, la iglesia es edificada por los obreros que hacen la voluntad del mayor constructor y diseñador que es Cristo, quien dijo que iba a edificar Su iglesia.


Entonces, la iglesia pasa por diferentes etapas de construcción, y cada etapa contribuye a que se vaya viendo cada vez más claro el edificio completo. Cuando empezamos con esta visión, Dios nos llevó a trabajar sobre la fundamentación de la iglesia, que es nada más ni nada menos que establecer a Cristo en la vida y corazón de las personas.


Pablo dice en 1ª Corintios 3:9-10 Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.


Mientras seguimos fortaleciendo el fundamento, ahora en esta nueva etapa, entramos en la etapa de edificación “y otro edifica encima”. Damos gracias a Dios por la vida y ministerios de los pastores Moisés y Silvia González, quienes estuvieron edificando nuestras vidas a través de la enseñanza de la palabra de Dios.


El desafío ahora es seguir desarrollando todo lo que aprendimos en este tiempo. Esta etapa es caracterizada por todo lo espiritual, especialmente la oración y el estudio de la biblia de una manera profunda y responsable.


No estamos jugando a la “iglesita”, no estamos probando para ver si funciona, estamos desarrollando y edificando juntamente con Cristo la iglesia gloriosa y sin mancha que Él va a venir a buscar.


Mi deseo, es que cada uno de nosotros, como miembros de Cristo y de su cuerpo, nos comprometamos con esta visión y cumplamos con nuestra función para que seguir avanzando hacia la próxima etapa.


ADELANTE…!!!


Entrando en una nueva etapa


Orando en el Espíritu.


Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo… Judas 20


La mayoría de los líderes cristianos están esforzándose constantemente para encontrar nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones para desarrollar y edificar la iglesia y asegurar crecimiento y eficiencia para el evangelio. Esta tendencia actual se inclina a perder de vista a la persona o a hundirla en el proyecto u organización. El plan de Dios es hacer mucho de la persona, mucho más de ella que de todo lo demás. Las personas son el método de Dios. La iglesia está en búsqueda de los mejores métodos, Dios busca las mejores personas. Juan 1:6 dice: “Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan”. La dispensación que anunció y preparó el camino para Cristo estaba ligada a este hombre, Juan.


Cuando Pablo apela al carácter personal de los hombres que sembraron el evangelio en el mundo, resuelve el misterio de su éxito. La gloria y eficacia del evangelio está asegurada en los hombres que lo proclaman. Cuando Dios declara que “Los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él” (2 Crónicas 16:9), lo que hace es declarar cómo opera su poder a través de los hombres en el mundo.


Esta es una verdad vital y urgente que esta era tecnológica está propensa a olvidar. Este olvido es tan perjudicial a la obra de Dios como sería que el Sol saliera de su órbita. Sobrevendrían oscuridad, confusión y muerte.


Lo que la iglesia necesita hoy no es más ni mejor tecnología, ni nuevas organizaciones ni más ni nuevos métodos, sino hombres y mujeres que el Espíritu Santo pueda usar, personas de oración, poderosos en oración. Hombres y mujeres que sepan orar en el Espíritu. El Espíritu Santo no fluye a través de métodos, sino a través de personas. Él no viene en la tecnología, sino en las personas. No unge planes, sino hombres y mujeres, hombres y mujeres de oración.


Extraído del libro “el poder a través de la oración” (Edward M. Bounds)


En esta nueva etapa en la que estamos entrando como iglesia, es necesario que desarrollemos una vida de oración mucho más comprometida y profunda.










Informe de Betsabé González – Misionera de IBLHOS Pueblo Nuevo en Nicaragua.



Viajando…


El trabajo en El Salvador ha terminado con hermosos resultados, después de una cálida y emotiva despedida, el equipo tres viajó a San Salvador donde se encontraron con el Pr. Elbio y su esposa, y estuvieron unos días compartiendo con la convención de dicho país, por cumplir 100 años la obra bautista Salvadoreña.


Luego de unos días de trabajo allí, viajaron a Honduras para encontrarse con el resto de los equipos, y se reunieron en el Seminario Bautista de dicho país.


Una de las chicas, Estela, tuvo dificultades para viajar de República Dominicana, pero se solucionó la cuestión de visa y también llegó a Honduras junto con Raquel que se quedó para acompañarla.


Las hermanas Colombianas tuvieron que ir en avión para Honduras porque no se les dio visa para cruzar por Costa Rica y ya están en Honduras.


Los equipos que estaban en Panamá ya están con los equipos de Nicaragua y seguirán juntos para Honduras.


En este momento 4 de Julio los equipos están viajando a los diferentes países donde les tocará trabajar junto a alguna iglesia de la zona por tres meses. El equipo tres, compuesto por Titi, Palova, Sary y Filipe están viajando rumbo a Nicaragua.


Contamos con sus oraciones


Dios les bendiga!