martes, 26 de octubre de 2010

Esta semana oramos en base a la oración de Jesús

Juan 17:1-26

LUNES
PARA DAR A CONOCER A DIOS Y A JESUCRISTO

1Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 4Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 5Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

1. Supliquemos a Dios para que nos de Su Espíritu para ser verdaderamente testigos del evangelio.

2. Oremos para tomar conciencia de que nuestra predicación puede dar vida eterna a las personas a las cuales les hablamos.

3. Pidamos que todas las personas por las cuales estamos orando, en nuestra tarjeta de oración y sus familias, puedan conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo.

4. Roguemos al Señor que a través de nuestro trabajo Él reciba gloria continuamente.

MARTES
PARA PONER POR OBRA LA PALABRA

6He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 7Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.

1. Pidamos al Señor que, a leer la Biblia, llene nuestros corazones de su Palabra.

2. Oremos haciendo un pacto, primeramente nosotros, de poner por obra su Palabra.

3. Supliquemos que todas las personas que lleguen a conocer al Señor pongan por obra su palabra.

4. Roguemos que las personas que reciban la Palabra puedan experimentar la presencia de Cristo por fe.

MIERCOLES
PARA QUE NINGUNO SE PIERDA

99Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.


1. Oremos por los Grupos de Bendición y Crecimiento para que cada facilitador desarrolle cada vez más fuerte la tarea pastoral para que ninguno se pierda.

2. Pidamos al Señor por cada una de las personas que nos ha dado para discipular, entendiendo que no son nuestros sino del Señor.

3. Roguemos por todos aquellos que se apartaron del Señor para que sean restaurados a la comunión del Señor y de la iglesia.

4. Supliquemos que Dios nos libre de los hijos de perdición, de los que estén en oposición, de los rebeldes y los que vienen para dividir la iglesia.

JUEVES
PARA SER GUARDADOS DEL MUNDO Y DEL MAL

13Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

1. Oremos para que en medio de las críticas, las descalificaciones y la persecución, podamos gozarnos con el gozo del Señor que es nuestra fortaleza.

2. Pidamos al Señor que nos guarde de toda tentación que el mundo ofrece, ya que no somos de este mundo.

3. Roguemos ser librados del mal. Que todo plan y estrategia del enemigo quede sin efecto sobre nuestras vidas, familias e iglesia.

4. Supliquemos a Dios que nos de discernimiento para no caer en las trampas del enemigo y el mundo.

VIERNES
PARA SER SANTIFICADOS

17Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.

1. Pidamos al Señor que podamos ser santificados.

2. Roguemos la sabiduría y la fortaleza para poner en práctica la palabra de Dios que es la que nos santifica.

3. Supliquemos al Señor que constantemente nos dé un espíritu de arrepentimiento y humildad ante aquel que es tres veces santo.

4. Oremos renunciando a todo pecado, a todo lo oculto y lo vergonzoso.
 
SABADO
PARA SER UNO EN EL SEÑOR

20Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 23Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado.

1. Oremos para poder comprender que la tarea de comunicar la palabra del Señor no es de uno solo ni de unos pocos, sino de todos. Por la palabra de ellos.

2. Supliquemos al Señor para que todo egoísmo, individualismo y división desaparezca de en medio nuestro y podamos verdaderamente ser UNO en el Señor.

3. Roguemos que nuestra unidad sea tan clara, visible y llamativa, que las personas del mundo que nos ven se conviertan al Señor por nuestro testimonio.

4. Pidamos que como resultado de esta perfecta unidad, llena del amor de Dios, la presencia del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se manifieste en medio nuestro como iglesia y el mundo pueda conocer a Jesucristo.

DOMINGO
PARA ALCANZAR LA SALVACIÓN

24Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.25Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 26Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

1. Pidamos que todos los hermanos puedan tener la seguridad de la salvación, a través de la experiencia del nuevo nacimiento.

2. Oremos para que nuestra vida salvada, sea una expresión clara de la presencia de Cristo y todos vean su gloria en nuestra forma de vivir.

3. Roguemos para que la gente al conocer el NOMBRE puedan ser salvos. Ya que la escritura dice: “Todo aquel que invocare el NOMBRE del Señor será salvo”.

4. Supliquemos que como evidencia de nuestra salvación y la de aquellos que han de creer, el amor del Padre desborde nuestras vidas.

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