martes, 23 de octubre de 2012

Primer aniversario de la Obra misionera en Etcheverry

Damos gracias a Dios por su fidelidad y su amor, este domingo celebramos el primer aniversario de la iglesia en Etcheverry, en una tarde llena de emoción y gozo. Compartimos con nuestros hermanos y amigos un culto más que especial, dando gracias al Señor en todo, por su Presencia y por su infinito amor. Felicidades familia, a Mariano y a Mariela por su trabajo incansable y dedicado a la obra de nuestro Señor.























miércoles, 3 de octubre de 2012

Por las aguas del bautismo, en noviembre


Solo una cosa es necesaria


Lucas 10: 38- 42

Dos mujeres, hermanas, de una misma familia, con un amigo en común.
Marta. Una mujer hospedadora, servicial, con un solo interés en ese día: homenajear a su amigo que estaba de visita en su casa. Cocinando, sirviendo algo fresco para un día caluroso, preparando el agua y la toalla para lavarle los pies en día de mucho caminar así que sus pies estaban muy sucios. Lavando, secando, trayendo agua limpia, preparando algo rico para comer, queriendo hacer que su amigo estuviera a gusto. Después de todo era el hijo de Dios, el salvador de la humanidad, el que le había traído el agua que sacia su alma, el que le había perdonado todos sus pecados. Había que darle lo mejor, entregar lo mejor, hasta lo que no tenía.
Haciendo un paralelismo con Marta, me pongo a pensar en lo que Cristo ha hecho por nosotros, en lo que hizo por mi y digo: como no servirle? Como no hospedarle en nuestra casa y lavarle los pies y servirle la mejor comida y hacer todo lo posible para darle ya que le debemos la vida. Entregarle lo mejor, darle lo mejor, con excelencia porque es para él, aún ser responsable para con él.
Sin embargo Marta deja ver un poquito su corazón. Ella se molesta, no puede entender la actitud de su hermana. Ella tiene que hacer todo sola. Que buscaría? Que esperaría de Jesús? Un bien Marta, buena sierva, nadie nos ha atendido como tú. Si es así entonces ella estaba mal enfocada ya que quizá lo que buscaba era el reconocimiento por la entrega y el sacrificio. Quizá no había entendido que no era necesario tanto servir, tanto trabajar, tanto desgastarse, terminar cansada, y con el alma vacía, seca y sin nada.
En cambio María no tuvo otra preocupación más que recibir lo que el Rey de reyes tenía para dar. Lo único que hizo fue sentarse, la biblia no dice que ella hablaba con él, simplemente estaba ahí atenta a lo que el dueño de la sabiduría tenía para decir.
Cuán importante es pasar tiempo con él. María ha elegido la mejor parte la cual no le será quitada. Servir o escuchar, dar o recibir, ministrar o ser ministrado por el Señor. Hagamos tesoros en los cielos donde la polilla y el orín no pueden destruir. Busquemos más bien el estar con Cristo, el hacer su palabra, el incorporar sus enseñanzas a nuestro día a día. Y no nos será quitada, será eterna. Elijamos la mejor parte. Estar con él antes de desgastarnos haciendo cosas para ocupar nuestro tiempo o recibir el reconocimiento.
Lo que Jesús quiere es estar con nosotros. Lo que él quiere es que nuestra mayor preocupación y ocupación este en pasar tiempo escuchándole más que sirviéndole, estar atentos a lo que él quiere corregir en nosotros más que trabajar. Sumergirnos en la gracia. Y esto, dice su promesa, nunca nos será quitado. Esto es eterno. No gastemos nuestro tiempo. Invirtámoslo.

Por Laura de González.