jueves, 31 de mayo de 2012

Hablando Del Infierno

Muchos hoy en día quieren ignorar la enseñanza bíblica acerca del Infierno. Algunos recurren a versos fuera de su contexto para hablar de que Dios va a aniquilar a las personas culpables en el Juicio (como los testigos de Jehová o adventistas).
Por otro lado, hay otros que no dicen abiertamente que no les gusta la idea del Infierno, y lo sacan de su presentación del evangelio, y anuncian a Dios como alguien que quiere dar una mejor vida a las personas, no como un Juez Justo. Esto es igualmente errado.
Otros toman el Infierno como un medio para asustar a la gente y llenar sus congregaciones. El pecador no debe llegar a Dios por miedo de un castigo que a su parecer es injusto. Esto produce personas que por un tiempo están en la iglesia pero luego se van.
La manera correcta y bíblica de hablar al respecto es primero explicar la ley y la justicia de Dios, y luego explicar que el castigo de Dios es infinito porque hemos ofendido a un Dios infinitamente Santo. Al entender esto, hacemos que la justicia de Dios sea razonable para el hombre de acuerdo a lo que le testifica su conciencia.
Luego magnificamos la gracia de Dios mostrada en la Cruz del Calvario, al sufrir el Infierno que tú y yo merecemos, y al ofrecer salvación a todo hombre.
“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.” Isaías 53.5-6
Entonces una persona debe huir a Cristo con un corazón contrito, arrepentido y con lágrimas en sus ojos, buscando socorro sabiendo que la Benignidad de Dios está disponible en Jesús.
“¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?” Romanos 2.4