viernes, 5 de julio de 2013

Creciendo Juntos…



"El odio despierta rencillas, pero el amor cubre todas las faltas"
Proverbios 10.12
Hay una canción en España que dice:
... ODIAME, YO TE LO PIDO
ODIAME, SIN COMPASION
QUE AUNQUE ME ODIES
TE AMARA MI CORAZON...
El camino del odio.
El odio es un sentimiento negativo, de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, situación o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir aquello que se odia.
En la Biblia encontramos muchas historias que tienen que ver con el odio y sus resultados como por ejemplo la historia de Jacob y Esaú.
Génesis 27:41  41Aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre lo había bendecido, y dijo en su corazón: «Llegarán los días del luto por mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob».
Esaú se enojó tanto con Jacob que por un momento olvidó su error al regalar su primogenitura. La ira que producen los celos nos ciega y nos impide ver los beneficios que tenemos para que nos fijemos en lo que no tenemos.
Cuando Esaú perdió la valiosa bendición familiar, su futuro cambió repentinamente. Reaccionó con ira y decidió matar a Jacob. Cuando uno pierde algo de gran valor, o si otros conspiran contra uno y logran su objetivo, la primera reacción y la más natural es el odio.
El odio es la acumulación de enojos no resueltos... cuando vamos acumulando y van pasando las cosas y no las resolvemos, esto termina convirtiéndose en ODIO.
Es bueno recordar que una pequeña raíz de amargura es capaz de contaminar a muchos. El resentimiento poco a poco se convierte en rencor, y el rencor es sinónimo de ira reprimida, y la ira reprimida puede generar el odio que arrastra a la condenación.
El amor siempre es el mejor camino.
Hasta ahora hemos hablado de lo tremendamente dañino que es el odio, pero si bien en la Biblia encontramos historias de odio, también podemos encontrar historias de amor y perdón.
Y una historia que comenzó con odio, después término con amor, y es justamente la historia de Jacob y Esaú.
La reconciliación de Jacob y Esaú.
Génesis 33.4 4Pero Esaú corrió a su encuentro y, echándose sobre su cuello, lo abrazó y besó; los dos lloraron.
La reacción de Esaú constituye un ejemplo de amor y perdón tan increíble que muchos han encontrado en esta historia una fuente de esperanza para restaurar sus relaciones rotas.
Esaú recibió a su hermano Jacob con un gran abrazo. Imagínate qué difícil debió ser esto para Esaú, el que una vez pensó matar a su hermano. Pero si bien sus heridas no habían sido sanadas. Con el tiempo cada uno por su cuenta comprendió que sus relaciones eran más importantes que todo lo demás.
La sanidad vino en el momento en que se dio el abrazo con su hermano y juntos lloraron. Dentro de las posibilidades, siempre es aconsejable que si la persona que te ofendió, u ofendiste, está viva y relativamente cerca, puedas acercarte y pedirle perdón. No habrá verdadera sanidad hasta que resuelvas la situación y resolver la situación nos aclarar lo que pasó, sino perdonar.
La Biblia lo dice así en Lucas 6: 27-28, "Hagan el bien a aquellos que los odian, bendigan a aquellos que los maldicen y oren por aquellos que los maltratan."
Esto es parte del perdón. Devolver el bien por el mal.
Colosenses 3.13 dice: "Recuerden que el Señor los perdonó, por lo tanto, ustedes deben de perdonar a otros." Dios te ha perdonado, y por lo tanto Él quiere que perdones a aquellos que te han herido.
Dios te ha perdonado. Nunca tendrás que perdonar a nadie más de lo que has sido perdonado por Dios.
Este mes vamos a comenzar con una campaña de 40 días para aprender a crecer juntos en comunidad y la prioridad para que esto suceda es el amor.