martes, 29 de julio de 2014

NUESTRAS REUNIONES

Los invitamos los Domingos a las 19 hs. en el club Centro de Fomento Los Hornos - La Plata calle 137 entre 61 y 62 -
Miércoles 19:30 hs. 143 e/ 67 y 68. (estudio bíblico y ministración).


OBRA MISIONERA:

Iglesia Bautista Pueblo Nuevo Etcheverry Calle 225 y 52
En función pastoral: Mariano y Mariela Massera
Reuniones: Sábados 18:00 hs. -
Programa radial:"Rescatados" por FM del Oeste 103.5 - martes 19.30hs

Moviéndonos con Dios….

21Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. 22Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego. Éxodo 13.21-22

Los israelitas salieron al desierto sin saber para dónde ir, sin embargo Dios no los dejó que buscaran su propio camino. Él iba con ellos para guiarles. Se manifestó mediante una columna de nube de día y como una columna de fuego de noche. Esto les sirvió no solo de guía sino también como recordatorio continuo de que Su presencia iba siempre con ellos. Esta presencia manifiesta de Dios en medio de su pueblo se la conoce como Shekinah que es el resplandor visible de Dios, la gloria manifiesta, el brillo, la luz que su presencia irradia y que simboliza la presencia de Dios.
Éxodo 40:34-38 34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

Al terminar la obra, la gloria de Dios llenó el tabernáculo, Este momento fue el gran clímax de todo el proceso de construcción. Hasta ese momento sólo había sido otro proyecto de construcción, pero ahora se tornaba en algo completamente distinto. Antes de que la gloria de Dios lo llenara, a los artesanos y obreros se les había permitido moverse libremente en el tabernáculo. Cuando la gloria de Dios lo llenó, ni siquiera Moisés podría entrar. A partir de ese momento, este tabernáculo se convertiría en un lugar único, diferente de cualquier otro sobre la faz de la tierra. Este era el lugar donde Dios moraría en medio de Su pueblo. El tabernáculo fue lleno de la gloria de Jehová, una revelación infinitamente brillante de la grandeza de Dios. Solamente las capas de las cortinas protegerían al hombre pecador de ser consumido por la revelación de la gloria de Dios. Pero lo que ni Moisés ni los más eminentes de los mensajeros de Dios, por la debilidad de la naturaleza pudieron soportar, nosotros todos podemos hacerlo ahora por el ejercicio de la fe; mirando a Jesús, y creyendo en Él, siendo llenos de su Espíritu.

Mientras que Moisés era obligado, por la influencia de un temor abrumador, a estar a la distancia, y no pudo entrar al tabernáculo, Cristo entró al lugar santísimo no hecho por manos; en efecto, él mismo es el verdadero tabernáculo, lleno de la gloria de Dios, siempre con gracia y verdad, que triplicaba la “Shekinah”. Para que nosotros podamos animarnos a acercarnos con confianza y amor a la presencia divina!
Aunque nosotros no gozamos de la misma manifestación física de la presencia de Dios como los israelitas en el desierto, viendo una nube y una columna de fuego, la Biblia nos enseña que Él está con nosotros para guiarnos hoy, tal como lo hizo con Moisés. La nube representaba la Shekina de Dios, o sea la presencia manifiesta de Dios. Los israelitas veían la gloria de Dios pero no la podían experimentar interiormente. Para nosotros es muy diferente ya que, aunque no la vemos, la experimentamos desde nuestro interior, por fe.

La nube y el fuego, que representaban la presencia de Dios, la Shekinah, ahora está llenando el nuevo “tabernáculo” la nueva habitación de Dios, que es mi vida, que es mi cuerpo, la nube y el fuego, ahora están en mi interior, la Shekinah de Dios está llenando mi vida, su gloria llena todo mi ser a través de su Espíritu Santo. Promesa de Jesús.
Mateo 3:11 11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Jesús nos bautizó, como fue bautizado el pueblo y el tabernáculo de Moisés, con la nube, el Espíritu y el fuego. Pablo habla de este acontecimiento como un bautismo.
1 Co 10.1-2 1Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar. Y nosotros fuimos bautizados, sumergidos en el Espíritu Santo y en el fuego de Dios. Es por esto que no es necesario que pasemos horas buscando la voluntad de Dios; ¡Su voluntad no se ha extraviado! Dios nos está guiando a través de su Espíritu, como lo hizo con el pueblo de Israel en el desierto, Él nos ha enseñado el camino por el cual desea que andemos. Su Espíritu vive en nosotros y nos da la convicción segura de la voluntad de Dios para nosotros. Dios sólo espera que estemos disponibles y en actitud de obediencia ante lo que nos pide.
Pero es necesario que podamos ver con los ojos de la fe la nube y la columna de fuego guiando nuestra vida. Es necesario que lo veamos para saber para dónde vamos. Juan 1.14 14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Vimos su gloria. ¿Puedes ver su gloria, su Shekinah manifiesta en tu vida guiándote, como al pueblo de Israel en el desierto?

Si te fijas bien en tu interior y a tu alrededor, hay una espesa nube y fuego abrumador que es nada más ni nada menos que la presencia manifiesta de Dios en tu vida, la Shekinah de Dios, llenándote, bautizándote una y otra vez, para que puedas seguirlo, seguro y confiado, sabiendo que él te va a guiar a la tierra prometida. Si no puedo ver a Dios en mi vida, nunca voy a saber para dónde voy. Cuando Él se mueva, levantémonos y vayamos hacia donde Él nos guie. Si no lo puedo ver, ¿Que estoy viviendo, que estoy predicando, que estoy orando? sino lo veo, sino lo siento, sino lo creo, ¿hacia dónde estoy yendo?…!!!