lunes, 18 de octubre de 2010

Campaña de Oración- Tercera semana

La Oración para Conquista


No es fácil hoy hacer presente el Evangelio en medio de un mundo muchas veces indiferente e, incluso, hostil. En las primeras comunidades cristianas se habla de una cualidad indispensable en el evangelizador. Es el coraje, la audacia para la tarea evangelizadora. Es uno de los primeros frutos del Espíritu en su Iglesia.


Los Hechos de los Apóstoles nos describen la oración de los discípulos cuando se inicia la persecución en Jerusalén: «Ahora, Señor, fíjate cómo nos amenazan y da a tus siervos plena valentía para anunciar tu mensaje... Al terminar la oración, retembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y anunciaban con valentía el mensaje de Dios» (Hch 4, 29-31).

Esta oración nos es hoy absolutamente necesaria.

La audacia para la nueva evangelización sólo podrá desencadenarse desde la confianza en la acción del Espíritu. Son bastantes los que perciben hoy la tarea evangelizadora como excesiva y desproporcionada para nuestras fuerzas. Nuestras comunidades envejecen. Nos falta experiencia para evangelizar el mundo moderno.

Se extiende la tentación de Moisés: «No me creerán», «no sé hablar», «no escucharán mi voz» (Ex 4). Es el momento de orar. No se nos pide un esfuerzo por encima de nuestras posibilidades. El Espíritu de Dios está actuando ya, no sólo en la Iglesia, también en esa sociedad descreída e indiferente. Lo que se nos pide es colaborar en la acción salvadora que Dios está llevando a cabo en la historia. Los evangelizadores no son sino «cooperadores de Dios» (ICo 3, 9). De ahí la necesidad de la oración.Se viene un avivamiento muy grande y la iglesia debe estar preparada para batallar, para conquistar y cumplir así el mandato de Dios de llevar las Buenas Nuevas.

” Benditos son los pies de los que anuncian la paz”

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