martes, 29 de julio de 2014

NUESTRAS REUNIONES

Los invitamos los Domingos a las 19 hs. en el club Centro de Fomento Los Hornos - La Plata calle 137 entre 61 y 62 -
Miércoles 19:30 hs. 143 e/ 67 y 68. (estudio bíblico y ministración).


OBRA MISIONERA:

Iglesia Bautista Pueblo Nuevo Etcheverry Calle 225 y 52
En función pastoral: Mariano y Mariela Massera
Reuniones: Sábados 18:00 hs. -
Programa radial:"Rescatados" por FM del Oeste 103.5 - martes 19.30hs

Moviéndonos con Dios….

21Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. 22Nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego. Éxodo 13.21-22

Los israelitas salieron al desierto sin saber para dónde ir, sin embargo Dios no los dejó que buscaran su propio camino. Él iba con ellos para guiarles. Se manifestó mediante una columna de nube de día y como una columna de fuego de noche. Esto les sirvió no solo de guía sino también como recordatorio continuo de que Su presencia iba siempre con ellos. Esta presencia manifiesta de Dios en medio de su pueblo se la conoce como Shekinah que es el resplandor visible de Dios, la gloria manifiesta, el brillo, la luz que su presencia irradia y que simboliza la presencia de Dios.
Éxodo 40:34-38 34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba. 36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38 Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas.

Al terminar la obra, la gloria de Dios llenó el tabernáculo, Este momento fue el gran clímax de todo el proceso de construcción. Hasta ese momento sólo había sido otro proyecto de construcción, pero ahora se tornaba en algo completamente distinto. Antes de que la gloria de Dios lo llenara, a los artesanos y obreros se les había permitido moverse libremente en el tabernáculo. Cuando la gloria de Dios lo llenó, ni siquiera Moisés podría entrar. A partir de ese momento, este tabernáculo se convertiría en un lugar único, diferente de cualquier otro sobre la faz de la tierra. Este era el lugar donde Dios moraría en medio de Su pueblo. El tabernáculo fue lleno de la gloria de Jehová, una revelación infinitamente brillante de la grandeza de Dios. Solamente las capas de las cortinas protegerían al hombre pecador de ser consumido por la revelación de la gloria de Dios. Pero lo que ni Moisés ni los más eminentes de los mensajeros de Dios, por la debilidad de la naturaleza pudieron soportar, nosotros todos podemos hacerlo ahora por el ejercicio de la fe; mirando a Jesús, y creyendo en Él, siendo llenos de su Espíritu.

Mientras que Moisés era obligado, por la influencia de un temor abrumador, a estar a la distancia, y no pudo entrar al tabernáculo, Cristo entró al lugar santísimo no hecho por manos; en efecto, él mismo es el verdadero tabernáculo, lleno de la gloria de Dios, siempre con gracia y verdad, que triplicaba la “Shekinah”. Para que nosotros podamos animarnos a acercarnos con confianza y amor a la presencia divina!
Aunque nosotros no gozamos de la misma manifestación física de la presencia de Dios como los israelitas en el desierto, viendo una nube y una columna de fuego, la Biblia nos enseña que Él está con nosotros para guiarnos hoy, tal como lo hizo con Moisés. La nube representaba la Shekina de Dios, o sea la presencia manifiesta de Dios. Los israelitas veían la gloria de Dios pero no la podían experimentar interiormente. Para nosotros es muy diferente ya que, aunque no la vemos, la experimentamos desde nuestro interior, por fe.

La nube y el fuego, que representaban la presencia de Dios, la Shekinah, ahora está llenando el nuevo “tabernáculo” la nueva habitación de Dios, que es mi vida, que es mi cuerpo, la nube y el fuego, ahora están en mi interior, la Shekinah de Dios está llenando mi vida, su gloria llena todo mi ser a través de su Espíritu Santo. Promesa de Jesús.
Mateo 3:11 11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Jesús nos bautizó, como fue bautizado el pueblo y el tabernáculo de Moisés, con la nube, el Espíritu y el fuego. Pablo habla de este acontecimiento como un bautismo.
1 Co 10.1-2 1Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar. Y nosotros fuimos bautizados, sumergidos en el Espíritu Santo y en el fuego de Dios. Es por esto que no es necesario que pasemos horas buscando la voluntad de Dios; ¡Su voluntad no se ha extraviado! Dios nos está guiando a través de su Espíritu, como lo hizo con el pueblo de Israel en el desierto, Él nos ha enseñado el camino por el cual desea que andemos. Su Espíritu vive en nosotros y nos da la convicción segura de la voluntad de Dios para nosotros. Dios sólo espera que estemos disponibles y en actitud de obediencia ante lo que nos pide.
Pero es necesario que podamos ver con los ojos de la fe la nube y la columna de fuego guiando nuestra vida. Es necesario que lo veamos para saber para dónde vamos. Juan 1.14 14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. Vimos su gloria. ¿Puedes ver su gloria, su Shekinah manifiesta en tu vida guiándote, como al pueblo de Israel en el desierto?

Si te fijas bien en tu interior y a tu alrededor, hay una espesa nube y fuego abrumador que es nada más ni nada menos que la presencia manifiesta de Dios en tu vida, la Shekinah de Dios, llenándote, bautizándote una y otra vez, para que puedas seguirlo, seguro y confiado, sabiendo que él te va a guiar a la tierra prometida. Si no puedo ver a Dios en mi vida, nunca voy a saber para dónde voy. Cuando Él se mueva, levantémonos y vayamos hacia donde Él nos guie. Si no lo puedo ver, ¿Que estoy viviendo, que estoy predicando, que estoy orando? sino lo veo, sino lo siento, sino lo creo, ¿hacia dónde estoy yendo?…!!!

jueves, 15 de mayo de 2014

Id y haced discípulos


Cuando vemos a Jesús y sus métodos de enseñanza, siempre encontramos que era muy práctico. El tomaba de lo cotidiano para hacerles entender a sus oyentes las enseñanzas más profundas. Su público no estaba compuesto de personas muy preparadas intelectual o doctrinalmente. El estaba rodeado de persona comunes y corrientes pero con un profundo anhelo de Dios. Creo que lo que más les impactaba era saber que Dios estaba frente a sus ojos ocupado en enseñarles como vivir la vida y lo tremendo es que era tan simple su enseñanza que todos, hasta los más pequeños, lo podían entender.
Mientras el enseñaba había niños a su alrededor. Así que esto nos lleva a pensar que los nenes no estaban ajenos a lo que estaba sucediendo en ese momento, sino que es evidente que ellos estaban escuchando.
En 2 reyes capitulo 23 cuenta que el rey Josías convocó al pueblo de Israel arrepentido de haber escuchado la palabra de Dios y darse cuenta de la condición en que todo Israel se encontraba ante Dios, y en esa convocatoria se encontraba desde el más chico hasta el más grande. El pueblo entero se presentó ante Dios, desde el más pequeño hasta el más grande.

Más tarde encontramos en el libro de Esdras, cuando este se entera de que el pueblo había pecado contra Dios habiendo mezclado la raza judía al casarse con mujeres de otras naciones. Dios había dado una regla importante en cuanto a preservar la raza. El pueblo hizo lo contrario. Esdras al enterase rasga sus vestidos, se arranca el cabello y ora. Su oración estaba llena de dolor por no haber tenido en cuenta a Dios, mientras oraba y lloraba postrado en tierra el pueblo se le acercó y cuenta el capitulo 10 que hombres, mujeres y NIÑOS lloraron con gran amargura junto con el sacerdote de Dios.
Esto nos muestra la gran necesidad de Dios. No importa su edad, no importa su condición, todos necesitan de Dios. Es increíble que cuando la palabra se expone produce un efecto tan tremendo aún en la vida de personas que parecen ajenas a la realidad, sumergidas en su mundo de juego y diversión. La voz de Dios produce arrepentimiento en el corazón de un niño y si produce esto también produce alegría y gozo. Mi intención en estas líneas es estar atentos a enseñar de Dios en todo momento a estos pequeños por quien Jesús entrego su vida.

No necesitamos ser grandes teólogos o saber las cosas más profundas. Simplemente se puede infundir fe cuando oramos, se puede enseñar del amor de Dios hablando de lo que Cristo hizo por nosotros. Se puede enseñar de la fidelidad de Dios cuando despertamos cada día. Se puede enseñar de la compasión de Cristo cuando alimentó a un multitud mientras almorzamos.
No dejemos de sembrar. Una vez un pastor mirando ñandú comentó "que humor tiene el Señor al crear estos animales tan graciosos" eso me dejó pensando en los detalles de Dios, aún para que nos riamos. Miremos a nuestro alrededor y aprovechemos bien el tiempo. Hay necesidad, hay discípulos todo momento, sean nuestro hijos o ajenos. Podemos producir arrepentimiento y esto abrir puertas para un tremendo ministerio. Estemos atentos. Esto también nos edifica.

Por Laura Calegari de González

miércoles, 14 de mayo de 2014

100 DÍAS DE ORACIÓN POR AMERICA LATINA del 26 de abril al 3 de agosto


Colesterol Espiritual.


Salmo 119:70 "70Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
Hay una enfermedad moderna, va que ya no es tan moderna y que surgió como resultado de una vida sedentaria y una mala alimentación; el colesterol".

El colesterol que está en exceso en su sangre puede almacenarse dentro de los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón hasta el resto del cuerpo y que se conocen con el nombre de arterias. La acumulación de colesterol -conocida como placa- dentro de sus arterias hará que éstas se angosten. Depósitos grandes de colesterol pueden bloquear completamente la arteria, de modo tal que la sangre no puede fluir a través de ella y produzca así un paro cardiaco.
Esto mismo puede pasar con nuestra vida espiritual, el texto que leimos, Dios habla del colesterol espiritual, nuestro corazon espiritual puede sufrir un infarto si dejamos que el colesterol avance.
Es bien sabido que el sedentarismo aumenta la probabilidad de sufrir ataques cardíacos. De manera parecida, una vida sedentaria en sentido espiritual puede acarrear consecuencias graves. Por ejemplo, tal vez alguien tenga cierta participación en el ministerio cristiano, pero solo dentro de los límites de lo que podría denominarse la "zona cómoda", haciendo poco o ningún esfuerzo por llegar a ser un "obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente" 2 Timoteo 2:15 15Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

O quizás asista a algunas reuniones, pero no se esfuerce mucho por prepararse ni por participar. No tiene metas en el Señor, ni apetito o entusiasmo por lo espiritual. Esa falta de "ejercicio" con el tiempo debilita, incluso apaga, cualquier tipo de fe que haya tenido alguna vez. Santiago 2:26 26Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
El apóstol Pablo señaló este peligro cuando escribió a los cristianos hebreos, algunos de los cuales al parecer habían adoptado un estilo de vida sedentario en sentido espiritual. Observemos cómo advirtió de los posibles efectos endurecedores que eso tendría: Hebreos 3:12, 13 12Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Por eso debemos cuidar nuestro corazon del colesterol espritual para que no suframos un ataque cardiaco.
Proverbios 4.23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
El principio bíblico de que “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará” es igualmente aplicable a la salud de nuestro corazón.
Gálatas 6:7-8 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Con frecuencia, lo que parece ser un súbito desastre espiritual resulta ser solo el final de una larga y secreta historia de entrega a actividades perjudiciales, como ver pornografía, preocuparse demasiado por los bienes materiales o buscar prominencia o poder.

A fin de proteger el corazón, por lo tanto, es fundamental que vigilemos nuestra dieta espiritual. Es necesario nutrir la mente y el corazón alimentándonos de la Palabra de Dios y rechazar la comida basura intelectual, que se consigue con tanta facilidad y resulta tan atractiva a la carne, pero que solo insensibiliza el corazón. Valiéndose de una analogía adecuada y clínicamente exacta, el salmista advierte:
Salmo 119:70 70Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
Por otra parte, si cuidamos bien nuestro corazón, podremos experimentar el placer y la paz mental que vienen de una vida sencilla y ordenada. Esa ha sido siempre la forma de cristianismo verdadero que se recomienda. El apóstol Pablo escribió: 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1 Timoteo 6:6-8
Así es, si nos entrenamos, ejercitandonos, en el camino de la devoción y la ayuda a los demas, tendremos de seguro un corazón saludable y vigoroso espiritualmente. Al vigilar de cerca nuestra dieta espiritual, no les daremos ninguna oportunidad a los caminos destructivos y la manera de pensar de este mundo de que dañen nuestra espiritualidad. Hacerlo con diligencia contribuirá en gran manera a evitar las tristes consecuencias de un paro cardíaco espiritual.

miércoles, 12 de marzo de 2014

La fe sin obras…


 14Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?... 17Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Santiago 2.14, 17


Es muy interesante la propuesta de Santiago, la fe sin obras… es una fe que muere solo en una afirmación, sin ninguna acción. La fe sin obras está muerta. Cuando alguien afirma que tiene fe, eso puede ser una aprobación intelectual, el estar de acuerdo con una serie de enseñanzas cristianas, y por lo tanto sería una fe incompleta. La verdadera fe transforma nuestra conducta y nuestros pensamientos. Si nuestra vida no cambia, en realidad no creemos las verdades que decimos creer. Santiago lo deja bien en claro, 18Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Santiago dice: “Alguno dirá…” es verdad que la fe empieza como una declaración, pero se tiene que convertir en una acción, sino, no es una fe viva, es una fe muerta.
Por ejemplo; Jesús les dice a sus discípulos, después que ellos vieron que la higuera que él había maldecido se había secado, “tened fe en Dios”, (Marcos 11:22) esta afirmación ha recorrido el mundo en todos los tiempos en boca de muchas personas, quién no estaría de acuerdo en que hay que tener fe, hay que creer. Y luego les dice: 23Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho. 24Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.(Marcos 11:23-24). Jesús dice: “Cualquiera que dijere…” lo volvemos a afirmar; la fe empieza en forma de declaración. De la misma manera que Santiago, Jesús nos muestra que la fe comienza en forma de declaración, pero se tiene que convertir en acción. En el caso de Santiago, él propone que esta fe se vea en buenas obras, ayudando a los necesitados. En el caso de Jesús, él propone que al orar, si tenemos algo contra alguien, lo perdonemos para que también Dios nos perdone a nosotros. (Marcos 11:25).
Y si nosotros no perdonamos, Dios no nos perdona a nosotros, y no solo eso, sino que la fe por más que la declaremos, no va a funcionar, sino ponemos por obra la condición que nos pone Jesús… “perdonar”. Por más que declaremos, y gritemos al monte… QUITATE…!!!, no se va a mover ni un grano de tierra, ya que la fe no es solamente declaraciones, sino acciones. Por más que maldigamos a la higuera mil veces para que se seque, sino ponemos nuestra fe en acción ayudando a los demás, no va a pasar nada. Al comenzar este mes de marzo, el mes donde arranca todo, es una buena oportunidad para que empieces a poner en práctica la fe y comiences a hacer las obras de fe. Hay muchos desafíos por delante, y la duda y la incredulidad, como también el miedo a hacer algo que no te da seguridad puede, no solo detenerte, sino también matar tu fe. Jesús dijo: Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra? Lc. 18.8b La fe no se fundamenta en lo que decimos creer, la fe se fundamenta en lo que hacemos creyendo. La fe no es solo creer en Dios, sino creerle a él. 19Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Stg. 2:19 Creer en Dios, solo nos deja al nivel de los demonios… creerle a Dios y actuar en base a su palabra, nos lleva al nivel de ser como Cristo, quien decía: yo hago las obras de Dios.
Un ejemplo de esto que venimos diciendo lo encontramos en Lucas: 4Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Lc. 5.4 “Más en tu palabra echaré la red”… esta es una declaración de fe, que llevo a Pedro a actuar, no en base a sus palabras, pensamientos o sentimientos, sino en base a lo que el Señor quería hacer. Pedro tuvo que tener fe para echar la red, siendo que ya habían estado intentándolo toda la noche según sus fuerzas y capacidad y experiencia y nada habían logrado, pero ahora el que estaba intentándolo era el mismo Señor.
Te desafió a que en este mes que comienza, ya no hagas las cosas según tus fuerzas, capacidad o experiencia, ni tampoco en base a tus pensamientos o sentimientos, sino en base a Su Palabra. Que todas tus obras, sean obras de fe.

Por Andrés González

viernes, 10 de enero de 2014

No nos cansemos de hacer el bien



No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
Gálatas 6: 7- 10
Un año nuevo, nos habla de un nuevo comienzo, de nuevas propuestas, nuevos desafíos, nuevos proyectos, nuevas oportunidades para corregirnos. Es un tiempo para hacer evaluación y empezar con ganas.
En gálatas dice no nos cansemos de hacer el bien. Que linda palabra para empezar el año. Que buen motivo para hacer tesoros en los cielos. Cuanta necesidad de buenos gestos, de una sonrisa, de una palabra de aliento, cuanta necesidad de una palabra afable, de un silencio en medio de la discusión, cuanta necesidad de una mirada que exprese “acá estoy, que estas necesitando”.
Pensando en todo el tragín de las cosas, las corridas de las fiestas, los preparativos de fin de año, los regalos que comprar, etc, pensaba en cuanto pasamos por alto a quienes más amamos, o cuanto retamos a nuestros hijos porque se transforman en un estorbo en nuestra organización.

Cada uno cosecha lo que siembra, paremos un poco de toda la vorágine de este tiempo y cuando hagamos nuestros proyectos, cuando nos sentemos a ponernos metas pensemos en aquellos que nos necesitan y que no solo piden lo indispensable para vivir sino también un tiempo para escucharlos, un tiempo para darles un abrazo, un momento para sonreírles. No sabemos que pasa por la cabeza de un niño pero si sabemos que lo que sembramos en ellos es lo que vamos a recoger, quizá en el cielo y no en la tierra. Mejor en el cielo que en la tierra. Sembremos para cosechar en ellos una palabra de aliento, una sonrisa, un silencio. Sembremos para cosechar la preciosa satisfacción de ver en ellos eso que en este tiempo le enseñamos. Cuanto más los padres. Si hasta ahora no has hecho nada o sentís que lo que hiciste está mal este es un tiempo de nuevo comienzo. Nunca es tarde para pedir perdón y volver a empezar. Jesús se brindó a los jóvenes, a los niños y también a los mayores. Solo se requiere de humillación, aún para comenzar de nuevo con nuestros hijos.
Pongamos en nuestras metas para el próximo año el brindarle a los más indefensos nuestra protección, nuestro cariño, nuestro comprensión. No nos cansemos de hacer el bien, cosechemos en ellos los frutos de un corazón entregado, seamos ejemplo de buenas obras. Si contestamos mal, contestemos bien, si decimos malas palabras, dejemos de hacerlo, si mentimos, juguémonos por decir la vedad, si no escuchamos hagamos un cambio y prestemos el oído y el interés. Eso es sembrar para cosechar vida eterna y no para nuestra naturaleza pecaminosa. Ánimo, no desmayemos, no nos cansemos de hacer el bien porque en definitiva es alegría para nuestra alma. Pensemos en Dios que en todo momento está.
Nunca desaprovechemos el tiempo para enseñar porque los días son malos. Después de todo Dios es el que juzga.
Que este sea un año diferente, hagamos una mirada introspectiva y pongámonos en manos del alfarero, somos suyos.

La magnificencia de Dios.


11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre. (1º Crónicas 29:11-13)

Cuando comienza un nuevo año, se nos plantean muchos desafíos y muchos interrogantes, como por ejemplo: cómo va a seguir mi vida, que voy a hacer, trabajar, estudiar, emprender un nuevo negocio, casarme, viajar, servir, ministrar, crecer, madurar, cambiar, mudarme, etc.
Cuando uno se pone a pensar en todas la cosas que podríamos hacer para el nuevo año, de alguna manera es inevitable, hacer un balance y mirar para atrás. Al hacer esto, nos podemos encontrar con algunos fracasos y frustraciones que pueden detenernos o jugarnos en contra.
Pero verdaderamente ¿Qué es lo importante a tener en cuenta al comenzar un nuevo año? Sé que muchos "cristianos" ya tienen la respuesta... DIOS, pastor, sin ninguna duda, Dios es lo más importante a tener en cuenta al comenzar un nuevo año. Pero en realidad que estamos diciendo cuando hacemos esta afirmación. Quizás estemos diciendo que yo tengo mis planes, proyectos y sueños y al tener en cuenta a Dios y pedirle que me bendiga todo me tiene que ir bien, porque Él es fiel para cumplir lo que prometió.

Esta es una verdad pero fuera de contexto. Porque si en verdad lo importante es DIOS todo lo demás carece de importancia o no tiene valor. Y cuando decimos que lo importante es Dios, estamos diciendo que nosotros no tenemos nada fuera de Él, es decir, no tengo planes, proyectos, ni metas, ni sueños, ya que mis planes, proyectos, metas y sueños son los de Dios y no los míos.
Este salmo cantado por David y registrado en 1º Crónicas 29, pone de manifiesto, que es tener en cuenta a Dios, es reconociéndolo que Él es y que no hay nada fuera de Él.
El peligro al planear o tomar decisiones, es perder de vista a Dios, y cuando uno pierde la dimensión de Dios, pierde la dimensión de sí mismo, del mundo y de la vida. Todo se vuelve oscuro y confuso, las cosas empiezan a perder significado y se vuelven pesadas y tediosas cargas.
El rey David le dice a Dios, Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor. David usa una palabra que no es muy usada en nuestro lenguaje y es "magnificencia", si bien el contenido exacto es desconocido, podríamos decir que magnificencia, es la generosidad de Dios manifestada con todo esplendor y gloria a través de su poderío sorprendente.
Es un poco lo que decía Pablo, cuando escribió: Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:20-21)
Lo real es Dios, todo lo demás es humo, una ilusión producto de nuestra imaginación. La idea de tener en cuenta a Dios, no es solamente pedir bendición para el nuevo año, para los nuevos proyectos, para el trabajo, los estudios, el negocio, etc. o por otra parte hacer cosas para Dios; tener en cuenta a Dios seria, perderme en adoración, admiración, al verlo a Él, al ver como veía David a Dios, como dueño de todo el poder, la gloria, la victoria y el honor, y como el dueño de todas las cosas con la facultad de dar poder y riquezas a quien Él quiere, todo procede de Él y para El.

No alcanzan las palabras en mi mente para describir lo que mi corazón piensa de Dios. Para poder comprender un poco mejor, lo que estoy tratando de decir, vamos a escuchar hablar un poco al profeta Isaías describiendo al incomparable Dios de Israel:
Isaías 40:12-18 dice: ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia? He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus animales para el sacrificio. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es. ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?
Cuando vemos a Dios en toda su magnificencia, todo lo demás pasa a adquirir el valor de NADA.

Los proyectos, las metas, los sueños, y también los problemas, los fracasos, las frustraciones y todo lo demás, pasa a la categoría que el apóstol pablo le dio a todas las cosas... Basura... En comparación con Cristo, al ver su magnificencia, su poder y su gloria nada más me importa, solo lo quiero a Él.
No estoy tratando de promover la vagancia, ni tampoco estoy diciendo que no tenemos que tener planes, proyectos y metas. Lo que estoy proponiendo es que todo lo que vayas a hacer este año nuevo comience y nazca desde tu profunda relación con este Dios magnifico, que tus planes surjan de Su corazón, que tus ideas surjan de Su mente, que tus palabras salgan de Su boca. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos... (Hechos 17:28)
Para este año podemos decir como dijo el salmista David: "Fuera de ti, nada deseo en la tierra". (Salmo 73.25b).
FELIZ AÑO NUEVO...!

martes, 5 de noviembre de 2013

Restauración total…!



Salmo 80:3 "Oh Dios, restáuranos; haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos."

La expresión del salmista en el versículo tres, es muy fuerte y vivaz, como un clamor, es tan así que la repite tres veces en el mismo salmo (vv. 3, 7 y 19). La frase la dice al principio, casi a la mitad y termina con la misma expresión. Evidentemente el deseo del salmista es obvio y enfático… Señor, RESTÁURANOS…!!!

Restaurar en griego (anoikodomeo /ἀνοικοδομέω), significa volver a construir (an, de nuevo, otra vez; y  oikodomeo, construir, edificar). Por lo tanto, hay una necesidad de volver a edificar, reconstruir lo que fue destruido, roto, aplastado, etc.

En este caso, el salmista está pidiendo una restauración espiritual y política, ya que ellos se encontraban bajo la opresión y esclavitud de un ejército enemigo que había arrasado con la ciudad.

La verdad, es que se encontraban en esta situación por haber abandonado a Dios y sus mandamientos. Cuando se encontraban en un estado de bienestar, de poder y progreso, se olvidaron de Dios. Evidentemente esto es lo que le pasa a muchas personas, que fácil es olvidarse del que bendice por la bendición.  Por eso, el mismo Dios, les había advertido sobre esto al entrar en la tierra prometida.

10Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste, 11y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies, 12cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Deuteronomio 6:10-12

La restauración que pide el salmista, no tiene tanto que ver tanto con volver a tener el bienestar económico y material que antes tenían, sino más bien con recuperar la presencia de Dios en sus vidas. Por eso dice: haz resplandecer tu rostro y seremos salvos. La restauración tiene que ver más con Dios que con nosotros. Que el Señor sea restaurado a nuestras vidas, que sea restaurada su presencia a nuestras vidas.

Es interesante que la Nueva Traducción Viviente, traduce: Oh Dios, haznos volver a ti”; en lugar de “restáuranos”. Evidentemente no puede haber restauración sin la presencia de Dios en nuestras vidas y cuando Él está en nosotros, no solo su rostro resplandece, sino también el nuestro.

La expresión, “Haz resplandecer tu rostro” Equivale a la expresión moderna «sonreírse». La idea es que Dios cambie la cara de enojado a una cara de alegría, sonriente. Que tenga buena predisposición a perdonar y restaurar.  Y es verdad que cuando alguien está contento, tiene el rostro brillante.

Esta restauración, no tiene que ver con que nosotros estemos bien y contentos, sino, con hacer a Dios sonreír. Para esto es necesario un profundo arrepentimiento y clamor de que Dios vuelva su Santo Espíritu a nuestras vidas.
En el Salmo 51, David pone en práctica esto que estamos hablando. Él dice: 3Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio.
Y más adelante dice: 9Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. 12 Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.
Cuando dejamos de lado a Dios por las cosas de este mundo y por los deseos de la carne, nuestra vida comienza a caerse a pedazos, como la de David. Sin embargo, la gracia y la misericordia de Dios son tan grandes que está siempre dispuesto a perdonarnos y restaurarnos y la única manera de restauración es volviendo al Señor.
Por eso si hay algo que este destruyendo tu vida, no dejes pasar más tiempo, clama al Señor desde lo profundo de tu corazón… Señor, restáurame.
Y si no hay nada que restaurar en tu vida, conviértete en un agente de restauración, colaborando con Dios en la edificación espiritual de tus hermanos, teniendo en cuenta la recomendación que el apóstol Pablo les hace a los gálatas:
Gálatas 6.1 1Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.


martes, 3 de septiembre de 2013

Verdaderamente discípulo,

verdaderamente libre,

verdaderamente hijo.


Juan 8.31-38 31 "Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; 32y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. 33Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado. 35Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre. 36Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. 37Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. 38Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre"

Casi siempre que se habla de liberación, lo que viene a nuestra mente es la esclavitud espiritual que tiene que ver con el Diablo y sus demonios. Pero no es la única forma de liberación que podemos experimentar en nuestras vidas cristianas.
En este pasaje, de una manera casi disimulada, aparece un proceso de liberación muy importante para entender como ser libres de verdad.

1. Creer.


La primera instancia en esta etapa es la de creer. Dice el pasaje que Jesús le estaba hablando a un grupo de judíos que habían creído en Él. Y la recomendación de Jesús es a permanecer en su palabra para ser verdaderamente sus discípulos.
Evidentemente no alcanza con creer, hay que permanecer en lo que decimos creer. Muchas veces nuestras creencias se ponen a prueba, y lamentablemente muchos terminan actuando totalmente en contra de lo que decían creer.
La clave está en permanecer en aquello que creemos aunque todo vaya en contra de nuestra fe.
Creer es el primer paso.

2. Discípulo.


La segunda etapa de esta verdadera liberación, está en convertirnos en verdaderos discípulos. Esto no es posible, si no permanecemos en las enseñanzas del maestro. Para ser verdaderamente discípulos de Cristo, debemos llevar a la práctica y a nuestra forma de vida todo lo que Él nos ha enseñado en su palabra. De esa manera, lo estaremos reflejando a Él en toda nuestra manera de vivir como discípulos de verdad.
Aquí pareciera ser que se cierra el proceso y no hay más necesidad de nada ya que somos discípulos y de alguna manera cumplimos con la gran comisión que Jesús nos mandó; “hacer discípulos”.
Pero evidentemente, tampoco alcanza con convertirnos en discípulos.
Hay más, esta es solo la segunda instancia en el proceso de liberación verdadera.

3. Hijo Vs. esclavo.


Aun siendo discípulo, uno todavía puede quedar esclavizado sino conoce la verdad, el conocimiento de la verdad es la que trae libertad genuina.
Lamentablemente muchos cristianos se conforman en esta instancia y se convencen a sí mismos que no necesitan otra cosa porque ya alcanzaron lo que querían y se convirtieron en discípulos de Cristo… recordemos que Judas también era discípulo de Cristo, sin embargo estaba en un prisión de pecado, robando de lo que se recaudaba y planificando para matar a Jesús.
La tercera instancia en esta etapa es la de la liberación de la esclavitud para ya no ser más esclavo y convertirse en HIJO.
Por supuesto que esto se produce cumpliendo las primeras dos etapas; creyendo y convirtiéndome en discípulo de verdad.
Al ser discípulo, recién ahí tengo acceso a la VERDAD y al conocer la verdad, ella me hace libre de la esclavitud para empezar a vivir como hijo del dueño de casa y no como un esclavo.
En este caso la esclavitud no tenía que ver con una posesión demoníaca, sino con un amo constantemente insatisfecho; “el pecado”.

Jesús enseña que aquel que practica pecado, esclavo es del pecado. Ante la acusación de Jesús los judíos comienzan a justificarse a sí mismos y al defenderse, lo único que hacen es alargar el tiempo de esclavitud. Y el pecado de ellos, que los tenía esclavizados, no tenía que ver con pecados sexuales, o robo, mentiras, o malos pensamientos. El pecado que los tenía cautivos, era el pecado del odio, el rencor, resentimiento y deseos de asesinar a Jesús.
Por eso Jesús les dice: "37Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros. 38Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre"
Porque aunque ellos dijeran creer, y aun tratando de ser discípulos, seguían siendo esclavos del pecado haciendo la voluntad del padre de todos aquellos que no reciben la palabra de Jesús, este es el Diablo.
Creamos, convirtámonos en verdaderos discípulos y conozcamos la verdad para ser verdaderamente libres, nunca más esclavos, sino hijos.