jueves, 1 de marzo de 2012

Sirviendo al Señor en el cuerpo.

3Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. 4Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, 5así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. (Romanos 12.3-5) 

¿Te puedes imaginar la siguiente conversación? 
- ¿Qué tal mano, cómo estás? – pregunta la rodilla, -Pues, aquí rascando a la espalda, ¿y tú qué andas haciendo?, – Pues yo la verdad no estoy haciendo mucho ahorita, con eso de que estamos sentados no hay mucho trabajo, ¡cómo me gustaría ser un miembro más útil, de esos que siempre se usan como un ojo o un oído, -Pero, ¿qué cosas dices? si no hicieras tu trabajo, ¿quién nos sostendría y nos permitiría avanzar sin dolor?, -No lo sé, quizá una prótesis lo haría mejor que yo, -¿Una prótesis? ¿estás hablando en serio?, -Sí, voy a ir con cerebro y decirle que o me hace un tercer ojo que al cabo hay mucho espacio en la frente para mí o que se vaya buscando otra rodilla… ¿Puedes imaginarte que así funcionara nuestro cuerpo? ¡Sería imposible vivir de manera saludable! Estaríamos destinados a sufrir grandes daños y terribles consecuencias por miembros que abandonarían su posición o por miembros que cambiarían su función por pleitos o envidias. La razón de que el cuerpo sea tan exitoso como uno sólo es que todos los miembros aunque son individuales y diferentes en tamaño, función, componentes y hasta ubicación, todos trabajan juntos, compartiendo la misma vida que corre por la sangre y funcionando para que otros puedan funcionar también. Tú y yo somos miembros únicos e individuales llamados a funcionar como uno sólo en el cuerpo de Cristo que es la iglesia alrededor del mundo. 

Al comenzar en este mes de marzo, como iglesia, el año de actividades y sabiendo que verdaderamente va a ser un año muy intensivo y de mucho trabajo y crecimiento, es muy importante tener en cuenta para todas nuestras relaciones el consejo y el concepto que el apóstol Pablo le imparte a la iglesia en Roma. 
En primer lugar, no tener un concepto más alto del que debemos tener. Esto significa que nuestro pensamiento de nosotros mismos no tiene que ser exagerado o inflado, casi siempre esto viene como consecuencia de una mente carnal, que al compararnos con los demás encontramos que somos mejores en algo que hacemos, tenemos o somos. 

En segundo lugar, ubicarnos de acuerdo a la función para la cual el Señor me capacito con dones espirituales para servir dentro del cuerpo de Cristo que es la iglesia. Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Dios te ha colocado en su cuerpo, te ha diseñado como parte de algo mucho más grande y hasta que no entiendas y aceptes esta verdad, va a ser muy difícil que te entregues unas al resto del cuerpo y consecuencia nunca entenderás el propósito por el cual fuiste diseñado con la combinación perfecta de capacidades, habilidades, fortalezas y debilidades que conforman tu personalidad y carácter. En lugar de compararnos y juzgarnos, disfrutemos nuestras diferencias y seamos miembros unos de los otros funcionando juntos. Y en tercer lugar, tomar conciencia que “somos miembros los unos de los otros”, esto significa que no podemos desarrollar nuestra tarea o ministerio independientemente de los demás, aunque no sean como yo, aunque sean diferentes, aunque no me agraden, aunque no entiendan, aunque sean mas inmaduros o mas carnales que yo… debo entender y aceptar que los necesito y que sin ellos no puedo funcionar.

" El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por todos." Mat. 20.26.

Corrigiendo lo deficiente

Por esta causa te dejé en Creta: para que pusieras en orden lo que faltase y establecieras ancianos en cada ciudad, como te mandé. (RVA) Tito 1.5 
 La primer cosa que Pablo le encomienda a Tito es el hecho de corregir lo deficiente, o como dice la Reina Valera Actualizada; “poner en orden lo que faltase”. Desde que comenzamos, hace aproximadamente unos 4 años, con la visión de desarrollar la iglesia como un edificio, pude ver que los Grupos de Bendición y Crecimiento, si bien funcionaban, no lo hacían acorde a los cambios que el Señor estaba generando. Muchas veces me vi tentado a cambiar todo de una manera radical; pero me di cuenta que en realidad, no había que hacer grandes modificaciones, solamente haciendo algunas correcciones simples se podrían lograr los cambios que estamos necesitando. Estoy convencido de que si hacemos algunas modificaciones, básicamente en clarificar cuál es la visión de los GBC, obtendremos una vitalidad y mayor efectividad en la tarea de colaborar con Dios en la restauración y transformación de las personas. En estos momentos los grupos están sirviendo solamente de contención a los hermanos, y si bien esto está bien, es necesario también que los GBC se conviertan en un lugar donde las personas perdidas puedan encontrarse con Cristo para que sus vidas sean transformadas. Para esto necesitamos hacer algunos pequeños cambios en la estructura y funcionamiento de los grupos, pero principalmente creo que el cambio se tiene que producir en nuestra mente. Debemos cambiar nuestra forma de ver y de pensar con respecto a los grupos, debemos dejar de verlos como son y como están para verlos como realmente tendrían que ser. Porque el desarrollo de la tarea depende de la visión de cada líder y facilitador. La visión que debemos incorporar o fortalecer es la de orar, invitar y trabajar para alcanzar a los que no conocen a Cristo y están perdidos en las tinieblas y el pecado, siendo esclavos de sus deseos y pasiones a voluntad de Satanás. Así que, debemos hacer la estructura del grupo orientado a esta tarea. Si bien ésta va a quedar prácticamente igual, vamos a fortalecer algunas cosas y a balancear mejor algunas otras. Uno de los cambios que queremos introducir es justamente en la visión. La idea de los grupos es que sean prácticos, sencillos y claros. Por eso a partir de ahora, el compartir la visión tendría que ver pura y exclusivamente con la tarea principal del grupo, que es nada más ni nada menos que alcanzar a las personas con el evangelio de Jesucristo. CRECER; en comunión con Dios, en comunión unos con otros y en número de discípulos y multiplicarnos,

Siempre dijimos que la visión de los grupos era CRECER; en comunión con Dios, en comunión unos con otros y en número de discípulos y multiplicarnos, y si bien es cierto, creo que es aquí donde le estábamos errando al blanco, o nos faltaba el eslabón que conectara todo. Sí, la visión es crecer, pero no de nosotros o del grupo solamente, sino de las personas que no conocen al Señor y están perdidas sin Él, primordialmente. Es un cambio de ángulo en la visión. Muchas veces lo único que hace falta para que las cosas cambien es mirarlas desde otro punto de vista o ángulo; y eso es simplemente lo que estamos proponiendo. Por supuesto que esto significa replantear todo nuestro trabajo como GBC, ya no trabajaremos solamente para adentro de la iglesia, sino también empezaremos a orientar nuestro mayor esfuerzo y trabajo hacia afuera.
La idea es alcanzar a las personas con el evangelio de Jesucristo y ayudarlas a CRECER en comunión con Dios, en comunión unos con otros y que finalmente que ellos mismos puedan hacer lo mismo con otros y así crecer en número de discípulos y multiplicarnos. Esta es la visión que se debe compartir en los grupos.
En la planificación el grupo debe, sí o sí, pasar por tres instancias que tienen que ver con la vida de la iglesia y el grupo, si se obvia esta parte, estarán dejando de lado una de las cosas que más le da vitalidad al grupo.

1. Informar sobre los próximos eventos en la iglesia; retiros de ministración, reuniones, actividades, etc. 

2. Compartir los planes que tienen para la reunión de la próxima semana y mencionar quién estará a cargo de cada parte de la reunión, quien se ocupará de la atención de los niños, quién se encargará del refrigerio, dónde se realizará la reunión, quien compartirá el rompehielos, etc. 

3. Establecer una meta para la semana haciendo una lista de las personas que se podrían invitar y visitar para la próxima reunión; planificar las visitas evangelísticas y a hermanos que no están viniendo al grupo. Finalizado este momento, orar por las personas que se invitarán y visitaran durante la semana. Anhelamos verdaderamente ver un desarrollo y crecimiento mayor, no solo en número, sino también en nuestros líderes y facilitadores. Para esto vamos a tener todos los miércoles una capacitación y entrenamiento para todos los líderes, facilitadores y colaboradores de GBC, excepto el primer miércoles del mes. 
Por otra parte una vez por mes, nosotros como pastores, nos reuniremos con los líderes de sección para orar, planificar y ministrar. Y a su vez, el líder de sección se reunirá con sus tres facilitadores mensualmente y también visitará un grupo por semana. Además de esto los facilitadores tendrán entrevistas personales con nosotros como pastores. 

Todo esto lo hacemos preparándonos para la próxima etapa que se esta acercando a nosotros como iglesia para nuestro desarrollo. Esta etapa tiene que ver con la misión que tenemos como iglesia de alcanzar al mundo para Cristo. Aquí las personas empiezan a generar y a desarrollar ministerios orientados hacia afuera de la iglesia. En esta instancia se desarrolla muy fuerte el evangelismo, pero no como una actividad, sino como una forma de vida. El centro de actividad de esta etapa, ya no es uno mismo, ni la iglesia, sino el mundo perdido y sin Cristo.