viernes, 5 de agosto de 2011

El PODER de una iglesia que ORA

“Pero mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba constante y fervientemente a Dios por él”. Hechos 12.5
HECHOS 12:5-16 relata una de las historias más hermosas y milagrosas que pueden avivar nuestra fe en tiempos de mucha oración.
Y en esta historia el detalle importante a señalar, es que había una Iglesia unida con un propósito definido y no solo eso, sino que era perseverante y clamaba fervientemente. Una Iglesia victoriosa es una Iglesia unida con un solo pensar y un mismo fin. Una Iglesia poderosa, es una Iglesia que reconoce y mantiene la oración sin cesar, como una disciplina indispensable para la vida espiritual.
Si nos fijamos bien en el pasaje, veremos que las cosas naturales son modificadas por lo espiritual. La oración, que pertenece al reino espiritual, puede hacer cosas en el mundo natural que nadie más puede hacer. 
En primer lugar, vemos que Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Aquí nos encontramos con las primeras cosas en oposición a la libertad de Pedro, pero mientras la iglesia oraba, dice la Biblia, que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
En segundo lugar vemos también que cuando Pedro está siguiendo al ángel, nos encontramos con otra serie de imposibilidades u obstáculos. El texto dice: “Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma”.
Esto nos enseña que toda oposición humana, como los soldados, en el caso de Pedro y que toda clase de imposibilidades como las cadenas o las puertas de hierros, pueden ser vencidas, si la iglesia con fe se pone de acuerdo en oración por algo.
Finalmente esta historia nos dice: “Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba”.
Jesús enseñó en Mateo 18:19: 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.
Cuando ponemos en práctica esta verdad, nos damos cuenta de que no hay nada en este mundo, ni cadenas, ni soldados, ni puertas de hierro, que puedan detener a Dios en lo que Él quiere hacer, que es lo mismo que sus hijos le piden en oración ya que nuestra oración está basada en las promesas de Dios. Como dice Isaías 45:2-3: 2Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; 3y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

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