martes, 8 de marzo de 2011

Construyendo Grandes Relaciones II –

      El amor nunca deja de ser.


"El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará." 1 Cor. 13:8 (BLS)

¿Ha necesitado alguna vez un punto de referencia… una regla para mantener las cosas en línea… una base firme donde encontrar seguridad de permanencia e integridad duradera? "El amor nunca deja de ser," nos dice que el amor de Dios durará para siempre. Con esto afirma y respalda las cualidades del amor dadas en los versos 4-7 y entonces las envuelve todas diciendo: "para siempre". La palabra para "deja de ser" en el idioma original presenta una imagen verbal que refiere a estrellas que caen del cielo y pétalos que caen de un tallo de la flor. Dios dice; "Eso nunca pasará. Nunca dejaré que caiga mi amor por ti. Yo soy por siempre y para siempre amor." El amor nunca dejará de ser, porque Él, nunca dejará de ser. Dios dijo: “Yo soy el mismo, hoy, ayer y siempre; y sobre su amor dice: “Te he amado con amor ETERNO”. Jeremías 31.3

Cosas excitantes estaban pasando en la iglesia de Corinto. Dios estaba derramando dones espirituales, pero debido que eran nuevos creyentes, necesitaban instrucción. Muchos basaban su espiritualidad en lo que ellos tenían, especialmente en los dones de profecía, lenguas y conocimiento. Pero Pablo anhelaba un don mayor para ellos, una revelación mayor que las cosas que Dios estaba mostrándoles en el presente: 31Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro un camino aún más excelente. (1 Corintios12:31). "El amor nunca deja de ser"… Pablo quería que ellos vieran que más importante que revelación y conocimiento es relación. La profecía es necesaria para edificar, corregir y consolar al cuerpo de Cristo (1 Corintios 14:3), pero no es nada comparado al conocimiento y las riquezas que se encuentran en el amor de Dios que dura para siempre. Pablo sabía que este don superior era sólo posible a través de una relación eterna de amor con Jesucristo.

Para nuestra vida diaria "El amor nunca deja de ser" marca el valor que Dios da a su relación con nosotros. Dios no espera que seamos religiosos y cumplamos solo con sus mandamientos. Lo que Él espera es que pasemos tiempo con Él. Cuanto más tiempo invertimos en Su presencia más nos volvemos como Él y Su amor. Ponemos ese amor en acción cuando ponemos a los otros primero, "no buscando lo suyo propio" - creyendo así que "El amor nunca deja de ser" en cada aspecto de nuestras vidas.

El amor nunca deja de ser en nuestras relaciones, porque el amor no tiene celos, no busca lo suyo propio. El amor nunca deja de ser en nuestro ministerio, porque el Amor se alegra en la justicia y la verdad. El amor nunca deja de ser en nuestra tarea de ser padres, porque el amor es paciente, es amable, y no se enoja fácilmente.

El amor nunca deja de ser, incluso cuando nosotros fallamos, porque el amor no guarda registro de las ofensas.

En estos días, en un mundo que constantemente está cambiando, se hace difícil imaginar algo que tenga una cualidad permanente. Sin embargo, el amor de Dios nunca deja de ser. Nuestro amor a veces lo hace… pero el Suyo no lo hace. Deje, entonces, que Su amor fluya a través de usted en todas sus relaciones.

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