viernes, 15 de agosto de 2008

Diezmos, ofrendas, votos y primicias

Ofrendas:

La segunda practica que veremos es la de ofrendar.

¿Qué es la ofrenda?
La ofrenda es algo que le damos a Dios en gratitud y adoración. A diferencia del diezmo, es voluntaria. Sin embargo Dios la espera y la reclama igual que el Diezmo.

¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y aún preguntáis: “¿En qué te hemos robado?”. En vuestros diezmos y ofrendas.

En este texto encontramos que Dios espera tanto el diezmo como la ofrenda; y una cosa no suplanta la otra y viceversa. O sea que cuando das tu diezmo, también debes dar tu ofrenda.
Muchas personas acostumbran que cuando dan el diezmo, no dan la ofrenda, porque piensan que ya están cumpliendo con el echo de darle a Dios. Pero Dios espera que le entregues tu diezmo y también tu ofrenda. El diezmo y la ofrenda no son la misma cosa.

¿Dónde tengo que ofrendar?

Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas... Juan 8:20a

Este versículo habla del lugar de las ofrendas, haciendo referencia al lugar donde el pueblo por orden de Dios, debía llevar sus ofrendas; y al igual que el diezmo, la ofrenda debe darse en el templo. El tesoro del templo se ubicaba en el atrio de las mujeres. Allí se colocaban trece arcas o urnas para recibir el dinero de las ofrendas. Siete de ellas eran para el impuesto del templo; las otras seis eran para ofrendas voluntarias. En otra ocasión, una viuda colocó su dinero en una de estas arcas y Jesús enseñó una profunda lección a partir de esa acción
Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Lucas 21.1
El lugar donde tengo que ofrendar es en la iglesia, si bien existen otras clases de ofrendas especiales, entregadas a personas, ministerios, etc. las ofrendas para “DIOS” deben ser dadas en la iglesia.

¿Cómo es el acto de ofrendar?

"Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al SEÑOR una ofrenda del fruto de la tierra. También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda. Pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó." Génesis 4:3-5

La historia de Caín y Abel siempre es, además de interesante, intrigante. La pregunta que nos inquieta al leerla es: ¿Porque Dios rechazó la ofrenda de Caín y aceptó la de Abel? ¿Estaba Dios mostrando favoritismo, o parcialismo? La respuesta a esta pregunta es de suma importancia para aquellos que desean ofrendar correctamente. De acuerdo con la mayoría de los estudiosos e interpretes de las Escrituras Caín y Abel representan a los dos tipos de adoradores en los cuales está dividida la cristiandad.
Caín representa a aquellos que dan por obligación, para cumplir, sin importar lo que está dando. Lo hizo con un corazón mezquino, ya que no dio lo mejor, sino que se reservo lo mejor para él.
Abel, representa a aquellos que dan de corazón lo mejor para Dios, lo hacen con amor y alegría. Sabiendo a quién se lo están dando, nada más ni nada menos que al creador y sustentador de todas las cosas.
Ofrendar de nuestros bienes es un acto voluntario y es una cuestión del corazón. Cuando las personas no tienen un corazón sano, les cuesta ofrendar, y aún todo aquello que se trate de dinero puede ser una molestia.
Otra de las cosas que debemos entender es que no ofrendamos a Dios porque tenemos una necesidad y queremos que Él nos supla. NO, sino que, “Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana (no con tristeza) ni por obligación (ni por necesidad), porque Dios ama al que da con alegría”
Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. 2 Corintios 9:7.

Ofrendar es lo que debo dar al Señor para Su obra en agradecimiento, por amor a El. Ofrendar es un privilegio de todos los cristianos. Cuando adoramos a Dios de esta manera, entonces, Dios puede bendecirnos de una manera abundante.
Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra. 2 Corintios 9:8.
Dios siempre recompensa y bendice a aquellos que ofrendan para su obra. Y aunque esta no debe ser nuestra motivación, debemos saber lo que Dios dice: porque yo honraré a los que me honran…” 1 Samuel 2:30.
Nuestra verdadera motivación debe ser el amor y el reconocimiento de lo que Dios significa para nosotros. Esto es lo que enseñó Jesús con el ejemplo de la viuda.

Levantando los ojos, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca de las ofrendas. Vio también a una viuda muy pobre que echaba allí dos blancas. Y dijo: En verdad os digo que esta viuda pobre echó más que todos, pues todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobra; pero esta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía. Lucas 21.1

Leyendo este pasaje aprendemos algo muy interesante, y es el hecho de que la viuda pobre, hecho todo. Algunos enseñan que no importa la cantidad, sino la calidad, y en realidad no es así, Dios también mira la cantidad, si leemos bien este pasaje dice: que los ricos echaron para las ofrendas de Dios, de lo que les sobraba, esto quiere decir que los ricos, según sus ingresos, podrían haber dado mucho más y no lo hicieron; sin embargo la viuda hecho todo el sustento que tenía.
Lo que ofrendamos debe ir en proporción a lo que recibimos, sea ganancia del comercio, sueldo del trabajo, etc. Esto lo enseña Pablo a los Corintios.
Cada primer día de la semana,cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.

En este pasaje encontramos también otro principio, y es que la ofrenda debe ser preparada con anterioridad, si bien es voluntaria, y aunque no haya un porcentaje o monto fijo establecido, como en el caso del diezmo, debe ser preparada con anterioridad.
Por último, en el acto de dar la ofrenda, encontramos un requisito en la palabra de Dios.

»Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,24deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda. Mateo 5.23

Uno no puede tener una correcta relación con Dios, si no esta en una correcta relación con los demás. Al momento de ofrendar uno debe tener resuelta las relaciones con los demás. Si alguno tiene algún problema con otro hermano, al momento de ofrendar, debe resolver la situación y luego volver para ofrendar a Dios. Esta bien claro que Dios no está diciendo que no podemos ofrendar si tenemos problemas con otras personas, sino que lo que Dios está diciendo es que hagas las dos cosas, que resuelvas la situación con tu hermano, y que también ofrendes.
Si alguno dice: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 1 Juan 4.20

Es imposible, decirle a Dios que lo amamos con nuestras ofrendas, cuando en realidad no podemos amar a nuestros hermanos.
Creo que el mejor texto para ejemplificar cómo tiene que ser el acto de adorar a Dios a través de las ofrendas lo encontramos en la historia que se relata en Mateo 26.6-11
Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.

En este pasaje encontramos el mismo principio que se movía en las ofrendas de Caín y Abel, para la mujer el frasco de perfume era lo mejor que tenía para darle al Señor, pero para algunos de los discípulos “era un desperdicio”. Jesús aprobó este derroche que la mujer hizo con El, y Jesús aprueba cualquier derroche que se haga para El. Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra.
Para nosotros la ofrenda debe ser valiosa, la ofrenda de María era de mucho precio. La ofrenda es un beso una caricia a Dios, es un acto de sublime amor (Lc. 7:44 - 47)
David dijo: no daré a Dios nada que no me cueste. (1 Cr. 21:24) A Dios no se le dan limosnas. Él entregó lo mejor que tenía por nosotros, a Su Unigénito Hijo.
CONTINUARÁ...

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