miércoles, 14 de mayo de 2014

Colesterol Espiritual.


Salmo 119:70 "70Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
Hay una enfermedad moderna, va que ya no es tan moderna y que surgió como resultado de una vida sedentaria y una mala alimentación; el colesterol".

El colesterol que está en exceso en su sangre puede almacenarse dentro de los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón hasta el resto del cuerpo y que se conocen con el nombre de arterias. La acumulación de colesterol -conocida como placa- dentro de sus arterias hará que éstas se angosten. Depósitos grandes de colesterol pueden bloquear completamente la arteria, de modo tal que la sangre no puede fluir a través de ella y produzca así un paro cardiaco.
Esto mismo puede pasar con nuestra vida espiritual, el texto que leimos, Dios habla del colesterol espiritual, nuestro corazon espiritual puede sufrir un infarto si dejamos que el colesterol avance.
Es bien sabido que el sedentarismo aumenta la probabilidad de sufrir ataques cardíacos. De manera parecida, una vida sedentaria en sentido espiritual puede acarrear consecuencias graves. Por ejemplo, tal vez alguien tenga cierta participación en el ministerio cristiano, pero solo dentro de los límites de lo que podría denominarse la "zona cómoda", haciendo poco o ningún esfuerzo por llegar a ser un "obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja la palabra de la verdad correctamente" 2 Timoteo 2:15 15Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

O quizás asista a algunas reuniones, pero no se esfuerce mucho por prepararse ni por participar. No tiene metas en el Señor, ni apetito o entusiasmo por lo espiritual. Esa falta de "ejercicio" con el tiempo debilita, incluso apaga, cualquier tipo de fe que haya tenido alguna vez. Santiago 2:26 26Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
El apóstol Pablo señaló este peligro cuando escribió a los cristianos hebreos, algunos de los cuales al parecer habían adoptado un estilo de vida sedentario en sentido espiritual. Observemos cómo advirtió de los posibles efectos endurecedores que eso tendría: Hebreos 3:12, 13 12Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Por eso debemos cuidar nuestro corazon del colesterol espritual para que no suframos un ataque cardiaco.
Proverbios 4.23 Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.
El principio bíblico de que “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará” es igualmente aplicable a la salud de nuestro corazón.
Gálatas 6:7-8 7No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8Porque el que siembra para su carne, de la carne
segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
Con frecuencia, lo que parece ser un súbito desastre espiritual resulta ser solo el final de una larga y secreta historia de entrega a actividades perjudiciales, como ver pornografía, preocuparse demasiado por los bienes materiales o buscar prominencia o poder.

A fin de proteger el corazón, por lo tanto, es fundamental que vigilemos nuestra dieta espiritual. Es necesario nutrir la mente y el corazón alimentándonos de la Palabra de Dios y rechazar la comida basura intelectual, que se consigue con tanta facilidad y resulta tan atractiva a la carne, pero que solo insensibiliza el corazón. Valiéndose de una analogía adecuada y clínicamente exacta, el salmista advierte:
Salmo 119:70 70Se engrosó el corazón de ellos como sebo, mas yo en tu ley me he regocijado.
Por otra parte, si cuidamos bien nuestro corazón, podremos experimentar el placer y la paz mental que vienen de una vida sencilla y ordenada. Esa ha sido siempre la forma de cristianismo verdadero que se recomienda. El apóstol Pablo escribió: 6Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto. 1 Timoteo 6:6-8
Así es, si nos entrenamos, ejercitandonos, en el camino de la devoción y la ayuda a los demas, tendremos de seguro un corazón saludable y vigoroso espiritualmente. Al vigilar de cerca nuestra dieta espiritual, no les daremos ninguna oportunidad a los caminos destructivos y la manera de pensar de este mundo de que dañen nuestra espiritualidad. Hacerlo con diligencia contribuirá en gran manera a evitar las tristes consecuencias de un paro cardíaco espiritual.

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