Juan 9.25 25Entonces él respondió y dijo: Si es
pecador, no lo sé; una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo.
Esto lo dijo un
ciego que había sido sanado por Jesús, ante el interrogatorio de los religiosos
de la época, ya que querían acusar a Jesús por haber sanado en el día de reposo.
Quiero usar
esta historia y hacer de alguna manera una analogía con respecto a aquellos que
pasan de las tinieblas de satanás a la luz de Dios.
Es maravilloso
ver cómo cambian las vidas de aquellos que se arrepienten y entregan de todo
corazón a Cristo. Es como que se les abren los ojos a todo un mundo nuevo que
antes no conocían ni nunca habían visto. Verdaderamente es como un ciego que
recobra la vista.
Jesús enseña
que esta transformación se produce a través del nuevo nacimiento, y esta
expresión no es comparativa, lo que Jesús está diciendo es literal, es
necesario nacer de nuevo. Cuando uno se entrega a Cristo se produce un nuevo
nacimiento real y espiritual que nos lleva a vivir en un nuevo mundo, un nuevo
sistema de cosas, que hay que ir descubriendo.
Cuando un bebe
nace, lo hace con una telita en los ojos que no permite que la luz le dañe.
Poco a poco esa tela va desapareciendo y la vista se va aclarando. Esto mismo
pasa con los bebes espirituales, poco a poco se les va aclarando la visión y
empiezan a discernir las cosas espirituales.
Para que Dios
pueda hacer esto en las personas, primeramente es necesario que nosotros les
prediquemos el evangelio y luego que las discipulemos.
La tarea del
evangelista no es solo predicar, sino abrir ojos, no los ojos físicos sino los
espirituales, para que de esta manera se conviertan a Dios y empiece el proceso
de transformación.
Hechos 26.16 16Pero levántate, y ponte sobre tus
pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo
de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti, 17librándote
de tu pueblo, y de los gentiles, a quienes ahora te envío, 18para
que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de
la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón
de pecados y herencia entre los santificados.
El ministerio
de Pablo, ordenado por Dios, no era solo predicar, sino tenía la difícil tarea
de abrir los ojos espirituales de las personas, para esto por supuesto tenía
que predicar evangelio, pero también tenía que ministrar liberación y sanar,
etc. Luego, esta tarea tenía que continuar con el discipulado.
El fin no es
que se conviertan y nada más, sino que lleguen a ser como Cristo. Es para esto
que discipulamos a las personas y les enseñamos la palabra de Dios.
Efesios 1.16 16no ceso de dar gracias por
vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17para
que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de
sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18alumbrando
los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a
que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los
santos…
La enseñanza y
el discipulado son las herramientas que el Espíritu Santo usa para abrir los
ojos del entendimiento de las personas. Pero estas herramientas no funcionan
por sí solas, Dios las usa a través de las vidas de aquellos que ya pasaron de
las tinieblas (ceguera) a la luz (vista). Las personas necesitan la ayuda de
aquellos que ya por el uso tienen los sentidos desarrollados (Hebreos 5.13-14)
para poder empezar a ver y conocer a Cristo y cómo funciona el mundo
espiritual.
Hechos de los Apóstoles 8.31 30Acudiendo Felipe, le oyó que leía
al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? 31El dijo:
¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se
sentara con él.
Es
imprescindible que aquellos que quieran enseñar a otros, primeramente se hayan
arrepentido y convertido de todo su corazón al Señor, sino se estarán
convirtiendo en ciegos guías de ciegos. Porque, el discipulado, no es cuestión
de completar un libro o hacer algunos cursos o asistir a algunos retiros. El
discipulado es la vida del discipulador influenciando e impregnando la vida de
Cristo en otras personas, a través de su forma de vivir… cómo se expresa, cómo
reacciona, cómo se viste, cómo habla, cómo se relaciona, hasta cómo piensa,
etc. todo esto influirá más en la vida de la otra persona que todos los
manuales y libros que puedan hacer juntos.
Esto dicho
anteriormente, no nos exceptúa de la responsabilidad de usar los materiales que
Dios nos ha dado a la iglesia para “abrir los ojos del entendimiento” de las
personas a las que estamos discipulando.
Damos gracias
al Señor por todas las personas que están llegando a la iglesia a través de los
grupos y las reuniones en el templo. Es nuestra responsabilidad como hermanos
mayores, cuidar a los nuevos bebes que están naciendo espiritualmente por la
obra del Espíritu Santo al predicar el evangelio. Necesitan de nosotros para
que su visión espiritual se vaya aclarando cada vez más y más hasta el
conocimiento pleno.
En Cristo….
Pastor Andrés González.
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