Hola
hermanos, llego el mes de Diciembre y con el la Navidad , las fiestas y
despedidas de año, como parte de las actividades de Etcheverry continuamos con
tres reuniones semanales, los martes, jueves y domingos en el nuevo horario de
verano de 18 hs.
El
Domingo 23 recordaremos y homenajearemos a nuestro Señor Jesucristo y el martes 25 en la reunión de oración nos
reuniremos como familia para compartir la Navidad haciendo una convivencia.
En
esta oportunidad queremos que puedan leer el testimonio la familia Barrionuevo,
ellos son un matrimonio joven con dos
niños Iván y Joaquín, que desde que conocieron al Señor han vivido una
transformación completa en su familia, con su poquito tiempo en el Señor
tuvieron un gran crecimiento y desarrollo, nos ayudan fielmente realizando
tareas desde limpieza y reparación, dirección de un grupo, de cultos, cuidado
de niños, recepción y predicación. Lo más hermoso de todo ello es que Dios
restauró su familia y hoy oran juntos al Señor, piden a El su dirección y así
resuelven sus problemas, los invitamos a
que disfruten de su historia y también puedan glorificar El nombre de Dios con
ellos.
“DIOS RESTAURA LOS
MATRIMONIOS”
Por Darío y Griselda:
Queridos
hermanos dirigimos a ustedes con gran amor y gozo sabiendo que nuestro
testimonio habla por nosotros mismos, no alcanzaría tinta ni papel en el mundo
para expresar cuanto Dios nos amó y nos amó.
Todo comenzó al principio del 2010 cuando Marcelo Pereyra en bici hacía
20 Km. para llegar a la casa de mis suegros Miguel y María para llevar las
buenas nuevas. Fue ahí que mi esposa empezó a congregarse en la iglesia de Los
Hornos anhelando una familia plena y feliz y un esposo fiel y compañero. Fue
cuando Dios empezó a tratar con mi esposa dándole esperanza de una vida plena
en Cristo. Sus oraciones fueron durante un año y medio sin cesar, perseverando
en la gracia de Dios y confiando que nuestro señor Padre hace la obra. Fue ahí
donde Cristo golpeó la puerta de mi alma y lo que mi esposa anhelaba y oraba se
dio a mediados del 2011. Allí empecé a tener comunión con Cristo y a palpar su
amor, desde ese día no hemos parado de alentarnos mutuamente. Sabiendo de las
promesas de Dios y en la mejor etapa de amor a Cristo aparecieron
tribulaciones, nuestro hijo Iván se enferma y le diagnostican diabetes. Pero
esto no pudo alejarnos de Cristo, sino que nos afianzó más, porque ¡grandes son
sus misericordias y se renuevan de día en día! En estos momentos estamos
sirviendo con gran gozo y alegría, sabiendo que su venida está pronta.
Hace
un año estamos sirviendo en Etcheverry sin faltar un solo domingo y el amor de
Cristo nos esta llenando de bendiciones nuestras vidas, es por eso hermanos que
los aliento: amémonos unos a otros como Cristo nos amó, soportemos juntos los
ataques del maligno, porque ¡grandes son las bendiciones de nuestro Padre!
Los amamos Darío y
Griselda