martes, 2 de marzo de 2010

Servir a Cristo a través de las funciones del GBC.

Las funciones del GBC, son una oportunidad excelente para aquellos que, de todo corazón, quieren servir al Señor.

Es aquí donde se pone en evidencia, no solo el corazón, sino también,  los dones de los diferentes hermanos que integran el grupo.

Al llevar a cabo las diferentes funciones del grupo, habría que tener bien en claro lo que es para nosotros, como cristianos, el servicio. Y para esto vamos a ver que es lo que enseño Jesús con respecto a este tema.
Él dijo en Mateo 20:25-28 25 Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor, y el que quiera ser el primero deberá ser esclavo de los demás; así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.
Jesús marcó bien la diferencia entre como funciona el servicio en el mundo y como funciona el servicio en la iglesia. En el mundo, la mayoría de la gente busca su comodidad y bienestar sirviendose de otros. En cambio, Jesús dijo claramente, “entre vosotros no será así”, y agrego que debíamos convertirnos en siervos (sirvientes) los unos de los otros. Ya que debemos seguir su ejemplo y él no vino para ser servido sino para servir.

Entonces, cada vez que debamos desarrollar alguna función del GBC, acordemosnos de esta enseñanza y dispongamos nuestro corazón a ser el mejor y más excelente siervo en todo lo que tenga que hacer.
Las funciones de los GBC son: Evangelizar, Discipular, Edificar a los Creyentes, Atender a los que Sufren y Mantener el lugar de adoración.

La mayoría de las personas, que asisten a los grupos, no tienen mucho inconveniente con ninguna de las funciones. Pero hemos comprobado que en la función de “Mantener el lugar de Adoración”, cuando hay que ir a limpiar, pareciera ser que esta tarea no es tan digna, ni tan importante como las demás.

Cuando en realidad, en el Reino de Dios, en la iglesia, las tareas más insignificantes son más o tan importantes como las demás. Aún aquellas tareas poco agradables, son muy consideradas por Jesús.

En el Antiguo Testamento, se menciona la limpieza como una tarea exclusiva de los sacerdotes, no solo que no podía ser cualquiera quien entrara a limpiar el templo, sino que también, tenían que santificarse.

2º Crónicas 29.15 dice: Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová. Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón.

Si bien, hoy día, no tenemos todos estos requisitos que estaban en la ley, tenemos aún uno más elevado que esta en la palabra de Dios, Colosenses 3.22 dice: ...no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.

La condición para hacer todas nuestras tareas es “Hacerlo de corazón como para el Señor”. Esta es nuestra prioridad número uno en todo lo que hacemos.

Así que, la próxima vez que nos toque desarrollar alguna función del grupo, especialmente la de limpiar, recordemos esta prioridad. Hagamoslo con sencillez, con alegría y de todo corazón porque es para el Señor.

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