35¿No
decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os
digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la
siega. 36Y el que siega recibe salario, y
recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el
que siega. 37Porque en esto es verdadero
el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
38Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros
labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. (Jn 4.35-38)
En este pasaje vemos claramente la diferencia que existe entre lo de Dios y lo nuestro. Aquí Jesús nos muestra claramente como funcionan las cosas para él.
1.
Lo nuestro. No decís vosotros…?
Lo nuestro. No decís vosotros…?
Es muy común escuchar a la gente
hablar sobre lo que hace para Dios. A los ojos y a la razón humana esto no
tiene nada de malo, y en verdad, no lo tiene, pero eso no significa que sea lo
que Dios quiere.
Cuanta razón y cómo me gusta lo
que dice el canta autor cristiano Marcos Vidal en su canción “El verbo se hizo
carne”.
Se
acometen grandes empresas
En
el Nombre de Jesús,
Nuevos
héroes cristianos,
En
olor de multitud,
Todo
está bien calculado,
Calidad
profesional,
Cuanto
más alto lleguemos
Más
podremos conquistar,
Y
que noble sentimiento,
Pero
que contradicción,
Que
sirviendo al Maestro,
Nos
traicione el corazón,
Y
caigamos en la trampa
De
la torre de Babel,
Que
nadando en la abundancia
Olvidemos
nuestra fe:
Cuantas veces
pensamos que las cosas que estamos haciendo es lo que Dios quiere, pero en
realidad no tenemos la seguridad de que así sea.
En un alto
porcentaje, los cristianos, pensamos que tenemos en claro lo que estamos
haciendo y diciendo. Como en el caso de los discípulos; Jesús les dice: “no
decís vosotros”… o sea ustedes están diciendo algo que aseveran que es así,
pero en realidad, esa no es la verdad, ustedes hablan como si supieran como
funcionan las cosas, pero en realidad no lo saben.
En esta instancia
debemos experimentar un profundo y verdadero arrepentimiento. No solo en el
sentido de tener o sentir tristeza por el pecado. Sino también en un importante
cambio en cuanto a nuestras ideas, formas de sentir y de pensar.
Arrepentimiento
también es un cambio de mente. (Rom. 12.2) esto se llama “metanoia” Metanoia
viene del griego μετανοῖεν, metanoien,
que significa; cambiar de opinión, o de meta, arrepentirse. Su significado
literal del griego denota una situación en que en un trayecto ha tenido que
volverse del camino en que se andaba y tomar otra dirección. Esto habla de la
transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en
toda persona que se encuentra confrontada por la diferencia de pensamiento
entre Dios y ella. En tiempos de los primeros cristianos se decía del que
encontraba a Cristo que había experimentado una profunda metanoia.
Este
arrepentimiento tiene que ver con destruir nuestras estructuras y sistema de
pensamiento, renunciar a nuestras ideas y filosofías en cuanto a la vida, a
Dios, al ministerio, etc. aunque sean coherentes y aceptar lo de Dios, sin
filtrarlo por ninguna forma de pensamiento humana; debemos empezar a construir
una nueva coherencia dependiente pura y exclusivamente del pensamiento de Dios
expresado en Su palabra.
2. Lo de
Dios. He aquí os digo…
Si estructuramos
a Dios en una forma de actuar, porque en algún momento nos dio resultado, nos estaremos distanciando de lo que él
realmente quiere hacer, encerrándonos en
una eterna rutina de hacer cosas, creyendo que Dios obra de esa manera.
El libro de
Jueces, en los capítulos 19 y 20, cuenta una historia terrible, donde la
concubina de un levita es abusada toda la noche hasta morir por la gente del
pueblo de Gabaa, que pertenecía a la tribu de Benjamín. Cuando el pueblo de Israel se entera de lo
que había sucedido le pide a los de Gabaa que entreguen a los hombres que
hicieron esto para que mueran, ante su negativa, el pueblo de Israel consulta a
Dios si va a subir a la guerra en contra de sus hermanos, a lo que Dios les
dice que si. El primer día de batalla, habiendo consultado con Dios, tuvieron
victoria. El segundo día, pensaron que iba a ser igual y salieron a la guerra
contra la tribu de Benjamín pero tuvieron una gran derrota; entonces ahí se
dieron cuenta de que habían salido sin consultar a Dios; lloraron, se
arrepintieron y volvieron a consultar a Dios, habiendo consultado, Dios les da
una nueva estrategia de guerra y así obtienen la victoria.
Esto significa
que Dios no siempre obra igual. Al saber esto, no nos queda otra cosa que
depender pura y exclusivamente de consultar a Dios en todas las cosas que debemos
hacer. No es correcto decir, como aclaramos anteriormente, que hacemos cosas
“para” Dios, en realidad, lo correcto es decir, las cosas que Dios hace a
través mio.
El apóstol Pablo
tenía bien en claro este concepto, que más que concepto, es una forma de vida.
Él le escribe a los Romanos y les dice: 18Porque
no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la
obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras,
19con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu
de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico,
todo lo he llenado del evangelio de Cristo. (Ro 15.18-19).
En realidad no
soy yo, sino Cristo a través de mí; sin embargo, tengo una participación activa
y apasionada por lo que él está haciendo, no es que me convierto en un robot.
El pasaje que leímos anteriormente continua con una declaración del apóstol que
hasta parecería contradictoria: 20Y
de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese
sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno. (Ro 15.20-21).
Si leemos dice
bien, de esta manera me esforcé…!!! Podríamos decir; pero cómo no era que
Cristo es el que hace a través de tu vida. Sí, él es el que hace la obra, toma
la iniciativa, nos da el plan de acción, la fuerza, la sabiduría, los dones,
etc. y nosotros nos convertimos en colaboradores…!!! Simples y eficaces
colaboradores de lo que él está haciendo.
La cosecha ya
está lista, pero no debemos hacer la tarea según nuestro parecer o nuestros
métodos. Él ya tiene todo planificado e ideado de cómo, cuándo y dónde va a
suceder todo, nosotros solamente seamos sensibles a su vos, obedientes a su
palabra y estemos dispuestos a hacer su voluntad en todo. Aunque esto parece
más difícil que tener un programa o un proyecto en donde estamos cómodos
sabiendo todo lo que va a suceder, es mucho mejor y más maravilloso ver a Dios
obrar, que tratar de llevar adelante todo nosotros mismos con nuestras fuerzas
y capacidad.
En este tiempo,
como iglesia, dediquémonos a descubrir que es lo que el Señor está queriendo
hacer en este tiempo a través de cada una de nuestras vidas.
En Cristo….
Pastor Andrés González.
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