21Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para
guiarlos por el camino, y de noche en una columna de fuego para
alumbrarles, a fin de que anduviesen de día y de noche. 22Nunca se
apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la
columna de fuego. Éxodo 13.21-22
Los israelitas salieron al desierto sin saber para dónde ir, sin embargo
Dios no los dejó que buscaran su propio camino. Él iba con ellos para
guiarles. Se manifestó mediante una columna de nube de día y como una
columna de fuego de noche. Esto les sirvió no solo de guía sino también
como recordatorio continuo de que Su presencia iba siempre con ellos.
Esta presencia manifiesta de Dios en medio de su pueblo se la conoce
como Shekinah que es el resplandor visible de Dios, la gloria
manifiesta, el brillo, la luz que su presencia irradia y que simboliza
la presencia de Dios.
Éxodo 40:34-38 34 Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y
la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. 35 Y no podía Moisés entrar en
el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria
de Jehová lo llenaba. 36 Y cuando la nube se alzaba del tabernáculo, los
hijos de Israel se movían en todas sus jornadas; 37 pero si la nube no
se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba. 38 Porque la
nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de
noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus
jornadas.
Al terminar la obra, la gloria de Dios llenó el tabernáculo, Este
momento fue el gran clímax de todo el proceso de construcción. Hasta ese
momento sólo había sido otro proyecto de construcción, pero ahora se
tornaba en algo completamente distinto. Antes de que la gloria de Dios
lo llenara, a los artesanos y obreros se les había permitido moverse
libremente en el tabernáculo. Cuando la gloria de Dios lo llenó, ni
siquiera Moisés podría entrar. A partir de ese momento, este tabernáculo
se convertiría en un lugar único, diferente de cualquier otro sobre la
faz de la tierra. Este era el lugar donde Dios moraría en medio de Su
pueblo.
El tabernáculo fue lleno de la gloria de Jehová, una revelación
infinitamente brillante de la grandeza de Dios. Solamente las capas de
las cortinas protegerían al hombre pecador de ser consumido por la
revelación de la gloria de Dios.
Pero lo que ni Moisés ni los más eminentes de los mensajeros de Dios,
por la debilidad de la naturaleza pudieron soportar, nosotros todos
podemos hacerlo ahora por el ejercicio de la fe; mirando a Jesús, y
creyendo en Él, siendo llenos de su Espíritu.
Mientras que Moisés era obligado, por la influencia de un temor
abrumador, a estar a la distancia, y no pudo entrar al tabernáculo,
Cristo entró al lugar santísimo no hecho por manos; en efecto, él mismo
es el verdadero tabernáculo, lleno de la gloria de Dios, siempre con
gracia y verdad, que triplicaba la “Shekinah”. Para que nosotros podamos
animarnos a acercarnos con confianza y amor a la presencia divina!
Aunque nosotros no gozamos de la misma manifestación física de la
presencia de Dios como los israelitas en el desierto, viendo una nube y
una columna de fuego, la Biblia nos enseña que Él está con nosotros para
guiarnos hoy, tal como lo hizo con Moisés. La nube representaba la
Shekina de Dios, o sea la presencia manifiesta de Dios. Los israelitas
veían la gloria de Dios pero no la podían experimentar interiormente.
Para nosotros es muy diferente ya que, aunque no la vemos, la
experimentamos desde nuestro interior, por fe.
La nube y el fuego, que representaban la presencia de Dios, la Shekinah,
ahora está llenando el nuevo “tabernáculo” la nueva habitación de Dios,
que es mi vida, que es mi cuerpo, la nube y el fuego, ahora están en mi
interior, la Shekinah de Dios está llenando mi vida, su gloria llena
todo mi ser a través de su Espíritu Santo. Promesa de Jesús.
Mateo 3:11 11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es
más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
Jesús nos bautizó, como fue bautizado el pueblo y el tabernáculo de
Moisés, con la nube, el Espíritu y el fuego. Pablo habla de este
acontecimiento como un bautismo.
1 Co 10.1-2 1Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros
padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; 2y todos
en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar.
Y nosotros fuimos bautizados, sumergidos en el Espíritu Santo y en el
fuego de Dios. Es por esto que no es necesario que pasemos horas
buscando la voluntad de Dios; ¡Su voluntad no se ha extraviado! Dios nos
está guiando a través de su Espíritu, como lo hizo con el pueblo de
Israel en el desierto, Él nos ha enseñado el camino por el cual desea
que andemos. Su Espíritu vive en nosotros y nos da la convicción segura
de la voluntad de Dios para nosotros. Dios sólo espera que estemos
disponibles y en actitud de obediencia ante lo que nos pide.
Pero es necesario que podamos ver con los ojos de la fe la nube y la
columna de fuego guiando nuestra vida. Es necesario que lo veamos para
saber para dónde vamos.
Juan 1.14 14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y
de verdad.
Vimos su gloria. ¿Puedes ver su gloria, su Shekinah manifiesta en tu
vida guiándote, como al pueblo de Israel en el desierto?
Si te fijas bien en tu interior y a tu alrededor, hay una espesa nube y
fuego abrumador que es nada más ni nada menos que la presencia
manifiesta de Dios en tu vida, la Shekinah de Dios, llenándote,
bautizándote una y otra vez, para que puedas seguirlo, seguro y
confiado, sabiendo que él te va a guiar a la tierra prometida.
Si no puedo ver a Dios en mi vida, nunca voy a saber para dónde voy.
Cuando Él se mueva, levantémonos y vayamos hacia donde Él nos guie.
Si no lo puedo ver, ¿Que estoy viviendo, que estoy predicando, que estoy
orando? sino lo veo, sino lo siento, sino lo creo, ¿hacia dónde estoy
yendo?…!!!